Por David Uriarte /
Para sentir no hay como que duela, reza el refrán… Hace 16 años, el 3 de marzo de 2004, en el programa “El Mañanero”, conducido por Brozo (personaje caracterizado por Víctor Trujillo), el diputado del PAN Federico Döring, presentó un video en el que aparecía René Bejarano, entonces coordinador del PRD en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, recibiendo dinero del empresario argentino naturalizado mexicano Carlos Ahumada.
‘Dinero y amores’ fueron la mezcla perfecta para iniciar la caída de la política mexicana Rosario Robles… desde entonces, desde el año 2004, René Juvenal Bejarano Martínez, más conocido y recordado como “el hombre de las ligas”, pasó a la sombra del señalamiento como un hombre corrupto y a la oscuridad de la política de primera fila. Gracias a su pareja sentimental la política Dolores Padierna Luna, René Bejarano mantuvo una vida de asesoría política detrás de bambalinas.
Para el resentimiento y el rencor, no hay nada mejor que el tiempo, y así pasó. Primero fueron los señalamientos contra Rosario Robles, después la vinculación a proceso, hoy ya cumple un año en prisión… y el empresario Carlos Ahumada se retiró a su natal Argentina donde vive con su familia y lejos del brazo de la justicia mexicana.
Por la afrenta personal y partidista no se podían quedar de brazos cruzados, más por haber golpeado la fibra más sensible de su líder político Andrés Manuel López Obrador con el tema de la corrupción. René Bejarano y Dolores Padierna, aguantaron durante el tiempo suficiente para preparar el tiro de precisión, construyeron de manera quirúrgica la estrategia que arrancaría de raíz la afrenta personal y política.
Tú nos exhibiste con la evidencia del video, hoy nosotros los exhibimos de la misma manera, tú exhibiste en el 2004 a la izquierda mexicana, hoy nosotros exhibimos a la joya de la corona neoliberal. Y así se cierra el primer capítulo de la novela política “video con video se paga”.
Si esto vemos en el primer capítulo, ¿qué se verá en los siguientes? Todo indica que las cosas se complicarán para el régimen político de Preña Nieto, pero también se ve clara la ruta del 2021 vía las diputaciones federales.