Por David Uriarte /
Las cosas en México se están poniendo como nunca en materia de violencia e inseguridad, la viabilidad de unas elecciones seguras y tranquilas empieza a ser motivo de preocupación a tal grado, que se puede pensar en una decisión presidencial que aplace tal proceso democrático.
Cualquiera podría pensar que este supuesto es una locura, sin embargo, así han sucedido los cambios inesperados en todos los países donde el poder es el trofeo de la democracia.
Una enfermedad física es la parte final del proceso de malignidad celular, es decir, cuando la enfermedad aparece, es porque los mecanismos de defensa no pudieron contener dicha enfermedad; es exactamente lo que está sucediendo en México… las instituciones encargadas de defender, proteger y promover la paz y la seguridad entre los mexicanos, no ha logrado cumplir con su cometido, todos los días y cada vez más, las conductas delictivas toman las calles y alejan la tranquilidad de las familias.
Lo que antes eran hechos aislados, hoy se vuelven una constante: las carreteras se han convertido en los corredores de la maldad donde los chóferes, los transportes y las cargas son el botín de los delincuentes; las extorsiones compiten con los cobros de piso, los productores y comerciantes tienen que soportar la sangría económica sin otra opción.
Antes eran las noticias las que alertaban a estados como Sinaloa, hoy, la delincuencia se apodera de la actividad agropecuaria del norte del estado cobrando por producto y por unidad que lo transporta, así lo consigna una investigación periodística.
El número de aspirantes a ocupar un cargo de elección popular que han sido asesinados por los grupos criminales, es cada vez mayor, algo nunca antes visto no por lo menos en esta proporción, algo está pasando que la delincuencia reta de manera frontal al gobierno y sus instituciones de seguridad pública.
Ante esta realidad, es posible que muchos candidatos y candidatas se bajen de las respectivas contiendas por miedo a perder la vida, si la violencia escala a tal grado de inhibir la participación ciudadana en las urnas, el Presidente deberá tomar alguna decisión tajante, la Constitución prevé formas de dar seguridad a la población y en caso necesario será la secretaria de gobernación quien tome temporalmente las riendas del país mientras se solucionan los conflictos internos.
¿Podría ser?