Miles de personas se manifestaron ayer en España, convocados por el partido ultraderechista Vox para protestar por la gestión que el Gobierno está haciendo de la pandemia de coronavirus, mientras que el jefe del Ejecutivo, el socialista Pedro Sánchez, anunció la reapertura al turismo extranjero en julio, ante la disminución de la enfermedad.
Grandes hileras de autos, desde los que ondeaban banderas de España, salieron a las calles del centro de las ciudades españolas para pedir la dimisión de Sánchez y exigir libertad de movimientos, restringida debido al estado de alarma decretado por el Gobierno para evitar la expansión del coronavirus.
Setenta días después de comenzar el confinamiento, con la consiguiente limitación de la movilidad, la pandemia está disminuyendo, con una tasa diaria de contagios por debajo del 0.2 por ciento, frente al 35 por ciento al comienzo del confinamiento el 14 de marzo.
Desde hace quince días se producen caceroladas en algunos barrios de Madrid y otras ciudades españolas, protestas que este sábado culminaron en las manifestaciones convocadas por Vox, que tuvieron lugar en numerosas ciudades españolas, con la obligación de que fuera en coche, para mantener la distancia entre las personas y evitar posibles contagios.
El líder de Vox, Santiago Abascal, que encabezó la manifestación de Madrid, acusó al Gobierno de “la peor gestión de la crisis en todo el planeta” y de “ocultar información que podía haber salvado vidas”, y advirtió de que lo llevará ante la Justicia, en un discurso pronunciado durante la marcha.
Entretanto, ante la buena evolución de la pandemia, Pedro Sánchez anunció ayer que a partir de julio se abrirán las fronteras a los visitantes extranjeros de forma segura, medida que afectará a millones de visitantes, sobre todo procedentes del Reino Unido, Alemania y Francia, los principales clientes.