Por David Uriarte /
De cara a las elecciones para gobernar seis estados, y a casi tres años para las elecciones de presidente, con el partido en el poder envalentonado por los resultados que están pintando el país de MORENA, más las declaraciones de Mario Delgado que asegura tendrán seis de seis, refiriéndose a carro completo en las elecciones del próximo mes.
Con este escenario, salpicado por la difusión de la supuesta llamada interceptada al presidente nacional del PRI; con un PAN debilitado, un PRD disminuido; un MC con presencia focalizada en dos de los estados representativos de grandeza y economía, un gobernador de MC en Jalisco venido a menos; otro gobernador de MC en Nuevo León, este último señalado por su inexperiencia; con una sombra fría proyectada por su pareja sentimental; con un Fiscal General cuya diplomacia en el caso de la joven Debanhi Escobar hizo ver a su gobernador como un inexperto en el manejo de crisis.
La suma de la oposición no es suficiente para vencer la inercia de MORENA, lo realmente preocupante para la oposición es la falta de liderazgos, lo ideal sería que la baraja exhiba por lo menos tres cartas fuertes para contender por la presidencia de la República.
Es posible que la siguiente elección presidencial, MORENA se vuelva a llevar la gloria, incluso le pudiera alcanzar para otra más. De inmediato la oposición y los desencantados con el desempeño del presidente López Obrador pueden sacar el rosario de tropelías o desaciertos del nuevo régimen, sin embargo, que no se les olvide que poco más del cincuenta por ciento de la población con credencial de elector, recibe alguna dádiva del gobierno.
El tamaño de la ingratitud no puede rebasar al beneficio, es decir, igual de fácil es repartir el dinero del esfuerzo de los contribuyentes, como fácil es estirar la mano para recibirlo.
¿Cómo romper este ejercicio sincronizado de dar y recibir? El trabajo de la oposición se reduce a sus posiciones donde son gobierno y donde tienen representaciones legislativas estatales y federales. Si MORENA le da una vuelta más a la tuerca y los gobiernos de oposición se difuminan al igual que sus legisladores, entonces sí; pasen buenas noches.
Si el país y los Congresos se pintan de MORENA, entonces la oposición será lo que fueron hace cincuenta años, casi nada, por eso necesitan trabajo medible y menos discurso.