Por David Uriarte /

La paternidad se deriva de dos condiciones: una biológica y otra psicológica.

La paternidad termina siendo un sentimiento cuyo espectro va de nada a todo, es decir, padres que no sienten absolutamente por hecho de serlo, y padres que dan su vida por sus hijos.

El apego del padre por los hijos es una mezcla del aprendizaje, sus frustraciones, y su biología.

Hay padres presentes y padres ausentes, presentes pero tóxicos, violentos, abusivos, incestuosos, irresponsables, polígamos, infieles, pobres, adictos, ignorantes, analfabetas amorosos, respetuosos, responsables, sanos, monógamos, fieles, ricos, con formación académica, finalmente los padres son personas que fecundaron o incorporaron a sus vidas a niños o niñas para construir una familia.

Los hijos construyen significados diferentes de sus padres dependiendo las circunstancias como la edad, presencia, ausencia, y dinámica de la vida de relación familiar.

Los padres se pueden visitar en la recamara, la cocina o el patio de la casa, en el hospital, en la cárcel, en un lugar neutral porque vive con otra familia, en la casa de la otra familia, a escondidas de la madre, sólo en la mente porque no se conoce, o en el panteón.

Los mejores recuerdos y los peores recuerdos de la vida pueden depender de un padre funcional o disfuncional, no basta con haber fecundado el ovulo de la madre, la crianza de la especie humana está diseñada para un modelo de aprendizaje biológico y psicológico.

 

Hay padres que no conocieron su descendencia genética, pero adoptaron a través de los esquemas jurídicos, o adoptaron a través de los esquemas emocionales a los que serán psicológicamente sus hijos, y así vivirán su paternidad.

 

Nadie extraña lo que no conoce, por eso, muchas personas afirman no extrañar a la figura paterna en tanto nunca estuvieron en contacto físico o emocional con él.

 

En cambio aquellos niños o adolescentes que convivieron los años más importantes de sus vidas, si pueden extrañar la ausencia del padre al grado de llorar, deprimirse, pero también existen los hijos que son inmensamente felices cuando el padre violento, incestuoso, abusivo, alcohólico, o irresponsable, se va.

 

La paternidad, maternidad y crianza van de la mano, es gracias a los hijos que aparece la paternidad, sin embargo, ser padre es mucho más que engendrar hijos, la paternidad es un sentimiento que se cultiva en el terreno de la crianza.