Por David Uriarte /
Después de una sesión parlamentaria superior a las doce horas, se consumó la historia dejando en el camino a 275 legisladores con emociones encontradas, una mezcla de coraje, impotencia, desesperación, y sorpresa; por otra parte, 223 legisladores inclinaron la balanza en sentido contrario a las expectativas de MORENA logrando que se desechara el proyecto de decreto.
Desde iniciada la sesión para discutir y votar la iniciativa del Presidente relativa a la reforma eléctrica, se presagiaba el desenlace final, sin embargo, los morenistas hicieron lo suyo, lucharon hasta el final para lograr lo que finalmente no pudieron.
La oposición exhibió sus mejores cartas: PAN, PRI, PRD, y MC, se mantuvieron firmes durante la discusión que se volvió estéril, es decir, no tenía sentido alargar tanto tiempo la sesión si el pronóstico era el mismo.
Las técnicas paramentarías dilatorias exhibieron la forma de meter presión en la oposición a fin de descarrilar la paciencia… una y otra vez la interrupción a los diputados en el uso de la voz con el objeto de “dar lectura a párrafos específicos de la Constitución”, hacer preguntas como forma distractora y dilatoria, incluso distraer la atención con cartulinas cuyas frases tenían una intención evidente. Al final de la sesión subieron la réplica de un ataúd donde se leía PRI, PAN, PRD y MC, en clara alusión a su muerte política.
Todos los legisladores tuvieron una semana para afinar sus estrategias, traían estudiado su discurso y su actuación, fue mucha la información innecesaria, por ejemplo: ventilar a los diputados que en su momento fueron miembros, asesores, o simpatizantes de un partido y hoy militan en otro; a la diputada Margarita Zavala la hicieron pasar mal rato mencionando la actuación de su pareja el expresidente Felipe Calderón, en fin, la cámara de diputados exhibió de que está hecha.
Hubo discursos incendiarios a la vieja usanza, discursos conciliadores, expresiones de respeto y tolerancia, ataques personales, la desesperación era evidente entre el partido en el poder y la oposición, para que nadie haga juicios de valor, quedó registrada la mezcla de un poder con otro, es decir, miembros del poder legislativo aclamando al titular del poder ejecutivo, alguien podría hacer la pregunta ¿División de poderes, o sumisión de poderes? El clásico diría: esto no se va a quedar así.
Por lo pronto, terminó la agonía.