Es la posibilidad de hacer ese sueño realidad lo que nos aleja de él.
“Desea en grande”. “Si lo sueñas es posible”. “El NO ya lo tienes, inténtalo”.
Desde que me acuerdo escuché a mi alrededor un mundo de adultos decirme cosas parecidas, y yo pensaba, ¿Por qué entonces se ven tan frustrados?; ¿Por qué si me enseñan que hay que desear en grande ellos siguen en los mismos trabajos, en la misma ciudad y con los mismos hábitos?
Debo aclarar que no tengo nada en contra, ni a favor de los que decidimos permanecer un rato o toda una vida donde estamos, lo que más bien desde hace un tiempo llamó mi atención es que son pocos, muy pocos los que llegan a manifestar sus sueños y su propósito en GRANDE.
No porque desear en grande sea el privilegio de unos cuantos; ni porque la repartición de talentos sea discriminado; ¡vaya!, ni siquiera porque los recursos son evidentemente diferentes para cada uno (te invito a pensar en el caso de nuestros atletas más destacados).
Hoy estoy convencida de que no es mi falta de deseo, sino ACEPTAR CON TODO MI SER Y TODAS SUS CONSECUENCIAS aquello que deseo, lo que hace la diferencia entre la manifestación exitosa, o no, de cualquier cosa.
Piénsalo; a veces lo que más cuesta trabajo es dejar de enjuiciar el hecho de que YO QUIERO ESO.
¿Te puedes imaginar a Michael Jackson diciendo “Bueno sí, puedo cantar y bailar como nadie y deseo que me paguen por eso pero naaahhh”?
O qué tal a Steve Jobs afirmando “Creo que ese deseo de revolucionar el mundo de la tecnología es demasiado loco”? Si hay algo en común entre Jackson, Jobs, Obama, la madre Teresa o cualquier persona viviendo su propósito, es una profunda integración de sus deseos, por muy fuera de lo común que hubieran parecido en su momento; aún desafiando el status quo o inclusive cuando significaran soledad, pobreza o abandono de algún “debería”.
Entonces, ¿por qué nos llenamos de emoción por un sueño para luego sacarlo de nuestras vidas? Porque todo gran deseo tiene un costo de oportunidad; conlleva una renuncia y eso da mucho miedo.
Porque si lo logro….tal vez el círculo de amigos que tenga hoy se vaya, porque si me dan ese trabajo en el extranjero necesito dejar mi zona de confort, porque si me atrevo no vaya a ser que deje atrás aquella identidad que he construido y a la que tanto me aferro.
Sin embargo, te aseguro que es en la agridulce renuncia consciente donde se acaba de crear por dentro el nivel máximo de deseo y con ello la posibilidad de manifestar cualquier sueño.
Sí, a pesar de lo que necesite cambiar, dejar atrás y en lo que necesite convertirme.
Una vez que desees algo en verdad, NO LO RECHACES, el miedo y la renuncia son parte del camino a cumplir los sueños.
Si un deseo es fuerte viene de tu alma, de lo más profundo de tu ser y pide de ti osadía, desafiar la lógica y soltar lo que eres hoy para dar paso a lo que quieres ser y hacer.
Si vas a pelear, asegúrate que sea contra tu miedo y tus identificaciones pasadas. Y si vas a tener miedo, que sea miedo de ti. ACEPTA Y ABRAZA todo aquello que deseas, muy a pesar del “yo” mismo. Así, sólo así, el Universo abrirá la puerta y presentará los caminos.
Sumérgete en el mar de tus más profundos deseos y agradece por ellos, pues es la manera amorosa del Universo de susurrarte al oído que eres más que lo que crees que eres y que tienes un propósito que cumplir.
¡La magia sí es posible!
CON AMOR Y COMPROMISO
Jacque Moreno.