Por David Uriarte /
Si alguien piensa que la tecnología es exclusiva de la ciencia, el desarrollo, y la buena voluntad, está equivocado.
La tecnología sirve por igual a quien la use, las cámaras de videovigilancia, proporcionan imágenes y sonido igual a la policía que a la delincuencia, un arma sofisticada dispara igual en las manos de la policía que en las manos de la delincuencia, la interferencia de frecuencias telefónicas funciona igual en las agencias de investigación como la DEA o el FBI, que en cualquier organización criminal.
Desde hace años, tal vez siglos, la forma de espiar a los enemigos, se ha tecnificado, el espionaje se ha convertido en una fuente de información vital para neutralizar a las fuerzas enemigas, eso dio origen a otra forma de defensa, el contraespionaje, de tal manera que el que espía también es espiado.
No es novedad que la delincuencia espíe a quien los espía, tampoco es novedad que las autoridades detecten Centros de Comando, Control, Comunicación y Cómputo, como herramienta de contraespionaje de la delincuencia organizada.
Las acciones peliculescas y los juegos del gato y el ratón, es la constante entre la delincuencia y la autoridad, las cosas han tomado otro rumbo, más allá del espionaje, ahora el uso de la tecnología es letal, el uso de dispositivos inteligentes como los drones, representa la parte quirúrgica de los ataques a los enemigos.
Existen en la industria militar, drones del tamaño de un colibrí cuya letalidad es la de un enjambre de abejas atacando a cualquier mortal, también existen drones que pueden ser usados en la agricultura, drones que pueden transportar cientos de kilos, la inteligencia artificial está usando drones para entregar paquetería.
El tema es la tecnología y la delincuencia, el uso de drones para transportar material bélico como granadas de fragmentación, ya está presente en nuestro medio, ya circulan las imágenes de cómo se operó el uso de la tecnología para tratar de eliminar un objetivo militar en el estado fronterizo de Chihuahua, cerca de Guadalupe y Calvo.
Para muchos el tema es, la pérdida de respeto a la defensa nacional, al glorioso Ejército Mexicano, pues así es, desde hace algunos años, las fuerzas castrenses han sido agredidas como nunca en la historia se había visto.
La tecnología y la delincuencia tiene fronteras inimaginables, la mente, la tecnología, y la inteligencia no son exclusivas de gente buena.