Por David Uriarte /
Las notas negativas llaman la atención, las notas positivas también son importantes, la sociedad debe estar informada de lo que pasa en cualquier parte del mundo incluyendo su comunidad al margen del número de habitantes.
Los gobiernos federales, estatales y municipales en México, promueven condiciones de gobernabilidad, buscan cumplir con los mandatos constitucionales de seguridad, educación, salud, y todo aquello que induzca bienestar en los gobernados.
Es cierto que el grado de descomposición social prevalece, hay datos de las desapariciones forzadas, homicidios, feminicidios, extorsiones, secuestros, asaltos, robos, homicidios en grado de tentativa, y exhibición de violencia extrema con filtración de videos donde se ven escenas infames.
El sufrimiento y resentimiento de tantas familias que han enlutecido producto del comportamiento delincuencial, es un indicador de que algo está pasando en la familia; en la formación de los hijos, en el control de los padres con los hijos, algo pasa con el orden, la disciplina, los límites y el amor que requieren los hijos para formarse como personas de bien.
No todo es el gobierno con sus gobernantes, ni el gobernante ni los partidos políticos son responsables de la forma de educar a los hijos, los valores y creencias como el respeto, la honradez, la prudencia, el control de los impulsos y el manejo de las emociones como la ira, son condiciones que se gestionan desde la niñez a través de la paternidad y la maternidad amorosa y responsable.
No es buscando culpables como se soluciona la descomposición social, es buscando soluciones, y la solución de la conducta delictiva y sociopática de los llamados generadores de violencia, que por cierto son personas cuyas edades promedian rangos entre los 25 y 35 años de edad, con extremos de adolescentes de 17 años y personas de 40 o más años de edad, está principalmente en los padres de familia… Tener hijos no se reduce a un accidente biológico llamado fecundación, tener hijos implica responsabilidad en la crianza de los mismos.
Las cosas buenas que suceden en la comunidad también se deben decir, se deben resaltar, ver restaurantes llenos de personas que salen a degustar y socializar, o ver las plazas comerciales repletas de familias disfrutando como si fuera un día de campo, eso también hay que decirlo y disfrutarlo.