Por David Uriarte /
La soberanía es el poder político que tiene un Estado independiente para ejercer autoridad en un territorio. Se caracteriza por ser absoluta, indivisible, perpetua, inalienable e imprescriptible. Esta es la definición, falta ver el cumplimiento de ella, el respeto a la misma de otros países, y la presunción de esta por la autoridad.
Los hechos ocurridos el 25 de julio del año pasado en México, tienen un cierto parecido con las películas de acción como el ‘Transportador’, ‘Gladiador’, o ‘Duro de Matar’, la trama mantiene a los espectadores al filo de la butaca, no hay tiempo para dormir.
Negociar, concertar, presionar, traicionar, o lo que haya sido, lo cierto son tres cosas: la soberanía se vulneró, los personajes se fueron de México, y del transportador nadie sabe nada, bueno, hay alguien que si sabe.
La imagen que se construye en el imaginario colectivo, es por lo menos de falta de respeto a la soberanía, de una acción plenamente diseñada por estrategas de altos vuelos, similares a los de las películas donde todo se hace en las narices de las autoridades, y cuando estas se dan cuenta, no hay nada que hacer, sólo construir un discurso difícil de asimilar por cualquiera.
Insistir en saber cómo se dieron las cosas del 25 de julio, es pisar un callo cuyo dolor es el resultado de una realidad imposible de matizar. Si eso pasó en el gobierno de Biden, un presidente de mano blanda… qué se puede esperar con Trump, un presidente que en el primer día de su mandato firmó más de cincuenta ordenes ejecutivas para hacer lo que a su parecer es urgente como: las deportaciones masivas de connacionales, endurecer la seguridad fronteriza, criminalizar a los migrantes, y llamar terroristas a los grupos delictivos en México, una coartada perfecta para tener injerencia en nuestro país ¿Y la soberanía? ¿Cuánto tiempo más México le suplicará por todos los medios, al gobierno de Estados Unidos, que informe de manera detallada como se dio el operativo del 25 de julio del año pasado?
El argumento del presidente Trump para tener sometidos o asustados a los países más importantes en los temas comerciales, es el aumento de los aranceles, en menos de doce horas, Trump doblegó a Colombia con la amenaza de incrementar los aranceles al 25% si no cooperaba en el tema de las deportaciones, recibiendo los aviones donde repatriaba a cientos de colombianos.
¿Y la soberanía?