Por David Uriarte /
Nadie puede negar que hace mil años las únicas opciones para recuperar la salud eran los sobadores, hueseros, hierberos, y curanderos; las parteras tenían un lugar aparte, fueron la semilla académica de la obstetricia, así como los hueseros de la traumatología y la ortopedia, los curanderos de la medicina interna y los hierberos de la farmacoterapia.
La tierra es redonda y el tiempo cíclico, es decir, cada cierto tiempo los fenómenos se repiten, hace decenas de años los sobadores y hueseros resolvían lo que podían, después llegó la tecnología y la ciencia; la tecnología dio origen a la imagen por rayos X, evolucionando hasta la resonancia magnética funcional y la tomografía por emisión de positrones… La ciencia aportó los conocimientos suficientes para resolver la mayor parte de los problemas de salud.
Los países primer-mundistas gozan de alta tecnología, investigación científica, y profesionales de la salud con alto grado de capacitación y adiestramiento para resolver los problemas de salud pública.
Regresar a la época de los sobadores, hueseros, hierberos y curanderos, es como renegar de los aviones o cruceros transatlánticos y empezar a promover las bestias de silla y de carga para trasladarse de un punto a otro.
Las bromas ocupan un lugar en la vida de los humanos, cuando despiertan sonrisas y aumentan el buen humor son terapéuticas, es posible que los anuncios oficiales solo sean parte de una broma que busca levantar el ánimo de los mexicanos ante la ola de violencia e inseguridad.
De ser cierto lo que dice el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, y ratifica el director general del IMSS, Zoé Robledo Aburto, la medicina de primer mundo cada vez quedará más lejos y sólo en el imaginario colectivo.
Tampoco se puede negar que hay una serie de enfermedades que no requieren intervención médica, solo basta recordar al legendario biólogo David Werner, creador del proyecto Piaxtla y autor del libro “Donde no hay Doctor”, galardonado hace unos días como doctor Honoris Causa por la UAS, desde hace más de cincuenta años, el doctor Werner ha demostrado las diferentes alternativas para que las personas recuperen su salud sin el uso de medicamentos.
Regresar a esa época donde la selección natural decidía quién vive y quién muere, puede ser el camino que viene en materia de salud pública.
¿Ésta será la meca de la medicina?