Por David Uriarte /
Desde temprana hora, desde las dos de la mañana para ser exactos, el mercado de abastos de Culiacán empieza con su trajinar, siempre ocurre lo mismo cuando de frutas, verduras, y lo relativo con la alimentación se trata, en estas fechas, el movimiento y el tráfico de mercancía perecedera aumenta, los mexicanos festejan sus fiestas y tradiciones con comida.
Lo mismo ocurre en el mercado Buelna y en el Garmendia, siempre hay actividad desde temprano, sin embargo, en estas fechas se incrementa la afluencia de clientes, amas de casa preparándose para el encuentro familiar navideño.
Desde los primeros días de diciembre, el tráfico vehicular en el primer cuadro de la ciudad es insoportable, después del día diez y no se diga después de la primer quincena, cuando el flujo económico aumenta por el pago del aguinaldo, es un desfile de clientes de todo tipo, las farmacias llenas, los bancos con filas interminables, las tiendas de ropa con un bullicio sorprendente, los vendedores ambulantes proliferan, todos los giros comerciales, principalmente los de alimentos repletos, la nota triste se da con los asaltos y robos propios de estos días, el cuidado debe extremarse.
Otra nota triste cuyo incremento es evidente, son los accidentes de ciclistas, motociclistas, y automovilistas, accidentes trágicos cuyo costo es la pérdida de vidas humanas, los servicios de urgencias llenos de fracturados, traumatizados, atropellados, los quirófanos con intensa actividad por cirugías de urgencia, las unidades de cuidados intensivos a su máxima capacidad tratando de revertir los daños causados por tantos traumatismos craneoencefálicos derivados de accidentes viales.
Por un lado, la economía reactivada, las agencias automotrices con insuficiencia de unidades, la venta de unidades usadas se incrementa, los servicios de trámites administrativos en la unidad de servicios estatales aumentan y requieren de guardias especiales, y, por otro lado, el extremo, las familias en la pobreza, familias que no pasarán una ‘Feliz Navidad’ ya sea por la ausencia de los padres, por la orfandad derivada de la violencia, o simplemente por la ausencia de dinero.
En términos generales hay una reactivación de la economía en Sinaloa, a pesar de las manchas negras en el territorio de la vida social y política de la entidad, el resumen es fácil, si se puede: ayudemos a los que tienen menos.