Por David Uriarte /
Hay quienes deciden no darse cuenta de los hechos cotidianos, de la realidad social que invariablemente está salpicada del quehacer político, no ver televisión, no escuchar la radio, no leer periódicos, o no informarse por las redes sociales, no cambia ni la realidad ni los hechos.
Una cosa es saber lo que pasa en el mundo, en el país, en el estado y la ciudad, y otra cosa es contaminarse o enfermarse por hechos catastróficos donde la voluntad nada puede hacer por remediar los males sociales o personales.
Hay personas cuya sensibilidad emocional no les permite informarse sin enfermarse, sudan calenturas ajenas o sufren por calamidades cuya dimensión es irreductible por su propia naturaleza como en el caso de los terremotos o tsunamis.
Desde el punto de vista psicológico, estar informado es una manera de dimensionar la realidad social, de contrastar las diferencias culturales, de valorar el grado de civilización entre las diferentes latitudes, de medir los diferentes grados de seguridad dependiendo los territorios y sus gobiernos.
La percepción social y política se construye con la información, saber lo que pasa en las distintas sociedades, conocer la incidencia delictiva por zonas geográficas, la prevalencia del delito, el modus operandi de la delincuencia y su grado de maldad, toda la información se vuelve valiosa cuando de construir criterios se trata, juzgar a bote pronto basados en rumores o en fuentes poco confiables, deforma la realidad y vuelve más vulnerable al desinformado.
Cuando algún sobreviviente del crimen cuenta su tragedia, lo primero que le dicen es ¡¿Cómo se te ocurrió hacer eso?! O ¡¿Cómo se te ocurrió pasar por ahí a esa hora?! La respuesta casi siempre es la misma: no sabía, no pensé, o no me imagine.
Estar informado es tener las herramientas para tomar decisiones, decisiones que a veces son de vida o muerte, no importa que la información esté salpicada de tragedias o riesgos, lo que importa es saber lo que pasa principalmente en el entorno inmediato, en la ciudad, el estado y el país.
La información cubre necesidades importantes dependiendo la actividad… Si se trata de vacaciones por vía terrestre, hay que saber cuál es clima de violencia o el grado de seguridad por las carreteras que llevan al destino; si el tema es la economía hay que saber cómo están las extorsiones, el cobro de piso, y los robos.
Es mejor saber.