Por David Uriarte /

En días recientes, a pesar de tantas noticias de carácter internacional que pronostican una posible catástrofe financiera por los aranceles que intenta poner Estados Unidos a México, Sinaloa ha mantenido un ritmo de convivencia social que empieza a restaurarse.

Casi todos los días son las mismas noticias relativas a la violencia, sin embargo, también hay días donde la violencia mengua, de alguna manera, la sociedad a normalizado el concepto de violencia y homicidio, esto es tema más que preocupante, digno de estudiar desde el punto de vista sociológico y por supuesto cultural.

El movimiento en las calles aparenta ser normal en cuanto a la movilidad y la concentración de personas en las plazas comerciales, los mercados, el caos vehicular es un indicador de confianza para transitar en las calles, las actividades educativas saturan vialidades y el congestionamiento vehicular empieza a ser como antes de la crisis por violencia.

Todo indica una restauración del orden, sin embargo, no se puede cantar victoria, en cuanto se percibe tranquilidad, parece que hay un contrapeso que detona nuevamente la violencia, las autoridades habían informado dos días sin homicidios en la última semana, y el día de ayer se desató nuevamente la violencia con la cuota de sangre dada a conocer por los medios informativos y las redes sociales.

El toque de queda autoimpuesto por la sociedad, se ha levantado, el grado de confianza empieza a regresar, así como era una foto cotidiana ver decenas de punteros en motocicleta, hoy la foto cotidiana es decenas de patrullas tanto de la SEDENA, la MARINA, la GN, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de México, y eventualmente las autoridades locales.

La presencia disuasiva de las fuerzas armadas, forma parte de la estrategia de seguridad del Secretario García Harfuch, las preguntas del sentido común son: la incidencia delictiva ¿Tiende a la baja por a las acciones de las autoridades? ¿Tiende a la baja por una tregua entre bandas delictivas? ¿Tiende a la baja por la baja de equipo y armamento y mano de obra de la delincuencia?

Cualquiera que sea la respuesta, lo importante es que se restaure el orden y la paz social. La actividad comercial es un indicador de confianza, igual que la movilidad social, el mejor indicador de la restauración del orden, es la disminución de los actos delictivos de cualquier naturaleza.