El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, anunció anoche su renuncia, efectiva a partir del 2 de agosto, a consecuencia del escándalo conocido como el “Chatgate”.

Esto ocurre en medio de una crisis política y multitudinarias protestas convocadas por celebridades como Ricky Martin, René “Residente” Pérez y Bad Bunny luego de la filtración de un chat con comentarios ofensivos.

En un mensaje transmitido a través de la página de La Fortaleza —sede de gobierno—, Rosselló reconoció que “continuar en esta posición” ya no era posible si el objetivo era que “el éxito”, como calificó a su administración, “perdure”.

“Di el máximo”, aseguró el gobernador de este territorio estadounidense, tras ennumerar lo que denominó sus logros.

“Luego de escuchar los reclamos y hablar con mi familia… he tomado la siguiente decisión con desprendimiento: hoy les anuncio que estaré renunciando al puesto del gobernador efectivo el viernes 2 de agosto a las 5 de la tarde”, dijo. La nueva gobernadora será la secretaria de Justicia, Wanda Vázquez.

El anuncio de la renuncia se produjo horas después de que el secretario de Asuntos Públicos, Anthony Maceira, informó que Rosselló estaba afinando un discurso que daría durante el día.

Miles de personas se reunieron a la espera de escuchar a Rosselló decir que se iba y apenas hecho el anuncio, comenzaron las celebraciones en las redes sociales, sobre todo en Twitter.

Pero ¿Por qué renuncia?

Semanas de escándalos, denuncias de corrupción, presiones y protestas masivas en las calles debilitaron su administración y socavaron su liderato.

Ante el reclamo de un amplio sector del pueblo, que el lunes protagonizó la marcha de mayor asistencia en la historia moderna del país sobre 500 mil personas, Rosselló Nevares deja el poder tras completar apenas dos años y medio de su mandato, primer gobernador puertorriqueño en la historia que no concluye un cuatrenio.

Su salida ocurre luego de que en las pasadas tres semanas se filtrara el contenido del chat en la aplicación Telegram en el que el primer ejecutivo y su círculo más íntimo se burlan, insultan y conspiran contra opositores, correligionarios y periodistas, además de ejecutar acciones que abogados han identificado como posible comisión de delitos.

Al mismo tiempo, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) arrestaba a la exsecretaria de Educación, Julia Keleher —a quien Rosselló consideraba una funcionaria modelo dentro de su administración—; y a la exdirectora de la Administración de Seguros de Salud (ASES), Ángela Dávila, acusadas de ser parte de tres esquemas de corrupción en los que se desviaron 15 millones de dólares en fondos estatales y federales de Salud y Educación a empresas e individuos.

Todo lo anterior provocó una ola de protestas de un amplio sector del país, mayormente jóvenes, que no han cesado. Las jornadas de manifestaciones frente al Palacio de Santa Catalina han estado apoyadas por artistas y personalidades de los medios como Ricky Martin, Bad Bunny, Residente y Molusco, entre otros.

Un informe para determinar si existían bases jurídicas para un juicio político contra el gobernador concluyó que se cometieron cinco delitos relacionados al chat de Telegram, sentando las bases para iniciar un impeachment.

Rosselló no hacía apariciones públicas desde el pasado 16 de julio, cuando dio una conferencia de prensa en La Fortaleza en la que por dos horas contestó preguntas a medios locales e internacionales y en el que reiteró que no dejaría su cargo. Desde entonces, La Fortaleza se había negado a ofrecer información sobre su paradero.

En total, Telegram difundió 889 páginas del polémico chat el sábado 13 de julio. En él se discutían asuntos de política pública y partidistas, y se ordenaba dañar la reputación, así como perseguir a políticos de la oposición y funcionarios federales.

En los poco menos de dos meses de mensajes abundaban también las burlas e insultos machistas y homofóbicos, comentarios insensibles y mofas sobre el manejo de cuerpos en Ciencias Forenses tras el paso del huracán María en septiembre de 2017.