Por David Uriarte

La especulación es la evidencia del desconocimiento, y la política es terreno fértil para ello. Las fichas se están acomodando, los escondidos empiezan a salir, los interesados a muestrearse, y los ungidos se mantienen en el intersticio.

Todos los días hay nota nacional relativa a las actividades del Presidente, no importa donde esté en tanto él es el protagónico de la noticia, sin embargo, las entidades tienen su propio ritmo y su propios protagonistas.

Dejando de lado los amores que se le adjudican al presidente López Obrador, las elecciones en algunos estados de la república, los escándalos fronterizos con Trump y sus ocurrencias peligrosas, y la reaparición de Jesús Vizcarra en el escenario político al lado del rector de la UAS el Dr. Juan Eulogio Guerra en la reunión operativa del Consejo Consultivo y de Vinculación Social; la nota que subyace en el quehacer político del fin de semana es la asamblea estatal de la Redes Sociales Progresistas.

En este multitudinario espacio de vendimia política, aparecieron y reaparecieron una serie de talentos cuya potencialidad les alcanza para acalambrar a muchos, poner a pensar a otros, disuadir a otros tantos y redimir a los tibios.

La estrategia les funcionó y lograron lo que querían: presencia y fuerza. Los peldaños de la escalera política de Redes Sociales Progresistas, desde la estratega magistral, hasta la muchedumbre magisterial, pasando por los puntales como Fernando González Sánchez a nivel nacional, Gerardo Vargas Landeros a nivel regional, y Manuel Cárdenas Fonseca como estratega parlamentario, están más alineados que las pirámides mayas con el sol.

Este alineamiento les da fortaleza y los convierte en la oferta política del próximo año ya convertidos en partido. Sin embargo, los rencores, fracturas, envidias, compromisos, traiciones y promesas, será una especie de amalgama que puede opacar la visibilidad del triunfo, por eso, la recomposición ideológica tendrá un margen amigable donde la libertad sea más fuerte que las penas.

“Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido”, en referencia a los “cuadros” que no fueron valorados por sus partidos de origen.