Por David Uriarte /
Si lo que busca un partido político y sus dirigentes es la oportunidad para servir al pueblo en general, y a sus afiliados y simpatizantes en particular, la pandemia de COVID-19 es la oportunidad de oro para demostrar en los hechos lo que se presume en los dichos.
No importa cuales sean los principios o plataforma de acción, todos los partidos buscan el bien común, desde aquellos partidos nacionales que ya no se cocinan al primer hervor, hasta el de nueva creación que hoy es gobierno, incluyendo los partidos locales, todos buscan lo mismo: el bienestar de los mexicanos, y de paso quieren ser favorecidos con la aceptación social a través del voto.
Si bien, es cierto que la pandemia paraliza literalmente a casi toda la población, también es cierto que, en estos momentos, los partidos se pueden convertir en aliados o coadyuvantes de las instituciones públicas con actividades esenciales. Es momento de usar las estrategias o herramientas que permitan la solidaridad social a través de acciones más que discursos.
El PRI, PAN, MC, MORENA y el PAS, tienen mucho que hacer en Sinaloa; bueno, todos los partidos políticos que reciben dinero del Gobierno deben compartir parte de sus prerrogativas con la sociedad. Hay muchas maneras de aterrizar el proyecto de ayuda social en la contingencia sanitaria y seguramente cada líder tiene su propio plan, sólo hay que anunciarlo para que la gente sepa quién es quién en materia de ayuda social.
Las declaraciones bañadas de estadísticas mortales son un aderezo al miedo social, contribuyen al clima de ansiedad cuyos extremos pueden confluir con pensamientos delirantes de suicidio. Lo mejor son las propuestas de “cómo sí”, el “cómo no” ya lo tenemos; en estos días veremos de manera puntual el desfile de propuestas de cada uno de los partidos políticos, no como respuesta sumisa a la invitación del gobernador Quirino, más bien, será el compromiso humanitario de sus líderes.
Con las medidas de seguridad requeridas para el caso, la prioridad social sin duda es agua y víveres a miles de familias sinaloenses desamparadas, hoy más que nunca la presencia partidista dejará una huella en las emociones de los pobres.