Nuevamente trataré este tema porque me parece fundamental su comprensión en estos tiempos, sobre todo dada la incertidumbre generada por el cambio climático, clima solar, así como los sucesos mundiales y locales que afectan a todos los países.

Cuando hablo de AMOR INCONDICIONAL a uno mismo, me doy cuenta que a la mayoría de la gente se le dificulta comprender el significado completo de ello, a pesar de la gran cantidad de películas, talleres, libros y maestros que han promovido el tema desde siglos atrás.

Este concepto es tan importante que ha recibido amplia atención de psicólogos y pensadores, quienes han escrito sobre ello desde hace muchísimos años, y ahora me doy cuenta que lamentablemente no han sido comprendidos al 100% por sus lectores.

A pesar de que podamos leer o escuchar al respecto, no basta con una o dos lecturas, vídeos o cursos, hay que practicarlo diariamente para apenas comenzar a comprenderlo en su dimensión completa.

Como humanidad, estamos apenas aprendiendo a AMARNOS INCONDICIONALMENTE.

Sin ir más lejos, hace 2 mil años se nos dio el mensaje de lo que es el AMOR INCONDICIONAL por primera ocasión y aun no lo comprendemos cabalmente. Y no solo no lo comprendimos entonces, sino que la misma humanidad sacrificó a su Mensajero. Históricamente en este planeta, si alguien habla de AMOR INCONDICIONAL es sacrificado brutalmente, lo cual es realmente incomprensible y paradójico.

Esto me indica que los seres humanos estamos tan heridos, por los demás y por nosotros mismos, que se nos dificulta comprender el significado del AMOR y sobre todo hacia a uno mismo.

Me queda claro que llevamos siglos tratando de sanar la herida interior que todos llevamos dentro, y la gran herida de la humanidad que causa y cosecha violencia, crimen, enfermedad, injusticia y pobreza.

Muchas personas creen que el AMOR INCONDICIONAL inicia con el otro. Creen que trata de aceptar las fallas de los demás pero toleran el maltrato y el desamor, porque tienen confundido el concepto, o  bien, demandan y esperan que sus seres queridos las acepten con sus errores y defectos, aun cuando hablan sin pensar y ofendan con sus palabras a sus seres queridos o simplemente porque así debe ser, generando culpa en el otro.

Otras más creen que se aman y aceptan cuando no es verdad porque continúan subestimándose y culpándose; algunas personas creen que amarse es pensar solamente en ellas mismas y caen, sin darse cuenta, en un individualismo extremo que raya en egoísmo, lo que originó la Era del Vacío o Narcisismo en la cual vivimos actualmente, que Gilles Lipovetsky describe brillantemente en su libro del mismo nombre.

Por otra parte, las mujeres tienen confundido el amor con control y sobreprotección, y los hombres con debilidad. Ambos géneros tenemos confundidos lo que es el AMOR INCONDICIONAL con la codependencia.

Muestras de que aun no conocemos el AMOR INCONDICIONAL es caer en patrones depresivos, de auto-sabotaje, en sadismo, masoquismo, adicciones, obsesiones, narcisismo, auto-compasión, auto-devaluación, impotencia, miedos exagerados, perfeccionismo, rigidez, auto-exigencia y exigencia a los demás, no sentiré merecedor, egocentrismo, desesperanza, e inclusive, odio a sí mismo.

Cuando hablo de desprecio a uno mismo me refiero a no aceptarse tal cual, a rechazar nuestra sombra, aquello que no nos gusta de nosotros mismos, y que cobra vida manifiesta al deprimirse por cometer un error o tener un fracaso, al violentarse o violentar a otros, como algunos ejemplos.

Como podrán darse cuenta, no es tan fácil reconocer que uno se odia o no se acepta, lo que equivale a amarse sin condición.

No aprendimos a amarnos a nosotros mismos, porque a pesar de que nuestros padres hicieron lo mejor que pudieron no nos amaron incondicionalmente, porque ellos tampoco lo aprendieron pues sus padres no sabían cómo hacerlo, porque a su vez sus progenitores no sabían cómo, y así sucesivamente, generación tras generación. Como humanidad, estamos apenas aprendiendo a AMARNOS INCONDICIONALMENTE.

Además existen heridas emocionales profundas, en  muchos más casos de los que siquiera podemos imaginar, hay heridas que hacen que las personas sientan culpa o vergüenza porque fueron víctimas de abuso físico, emocional o sexual por extraños, sus propios padres o familiares, o fueron tocados por otros niños (víctimas a su vez de abuso) durante la niñez o adolescencia.

Todo ello deja huellas de dolor que si la persona no reconoce, se aleja tanto del AMOR INCONDICIONAL que será más propensa de adulta a sufrir de episodios de depresión severa, o bien, será presa fácil del pesimismo y la depresión leve que se alarga durante meses y hasta años.

Cuando una persona se deprime, no sabe que podría estarse castigando por algo tan simple como enojarse porque ello no cumple con su Yo Ideal interiorizado.

En algunos casos, la depresión puede ser una forma de auto-sabotaje. El quedarse atrapado en un drama y rumiar la pena, también es otra forma aprendida de auto-sabotearse.

Sentirse víctima, el decirse a sí mismo ¿Por qué yo?, podría ocasionar que las personas nos quedemos sumidas en el drama por días, semanas y meses, sin darnos cuenta que sí podemos salir de ese estado de víctima en cuanto lo decidamos. Caer en el drama, sentir compasión por uno mismo (self-pity), sentirse víctima, controlar, despreciarse, rumiar, auto-sabotaje, sentir vergüenza, culpa, es opuesto a sentir AMOR INCONDICIONAL. En ocasiones, será necesario recurrir a un profesional para sanar viejas heridas y trabajar activamente en su sanación para salir del rol de víctima, de los patrones de auto-sabotaje o del desprecio a uno mismo.

Al final se dará cuenta que El AMOR INCONDICIONAL trata de sí mismo. Cuando se AMA a sí mismo puede amarse y si se puede PERDONAR podrá perdonar a los demás. Porque solo el que se AMA INCONDICIONALMENTE A SI MISMO PUEDE PERDONARSE.