Por David Uriarte /
Arturo Alanís Ibarra es un especialista en oído nariz y garganta con sub-especialidad en otoneurología, expresidente de la Federación Mexicana de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello A.C., maestro de su especialidad en la Facultad de Medicina de la UAS. Autor de múltiples artículos publicados en revistas indexadas, autor de dos libros relacionados con patología de oído nariz y garganta, y a unos días de publicar su más reciente obra de “Vértigo”.
Convencido en la práctica clínica que a los sospechosos de coronavirus se les olvida que el primer especialista capacitado para establecer su diagnóstico y tratamiento son los otorrinolaringólogos, dice que la tos traqueal es un dato característico de estos pacientes; precisó un dato interesante cuando de tomar la muestra nasofaríngea se trata: muchos pacientes presentan desviación del tabique nasal, esto hará difícil y dolorosa -si no que imposible- la toma adecuada de la muestra para COVID-19.
Es importante que la población sepa que la prueba no es 100% sensible y específica, esto significa que entre el 10 y el 20% de las pruebas negativas, pueden ser falsos negativos: pacientes enfermos con prueba negativa.
Por otra parte, hace la observación a los médicos de primer contacto en relación a la guías de la OMS (Organización Mundial de la Salud) para tratar a pacientes COVID-19: lo que debe imperar es el conocimiento de la fisiopatología de la enfermedad y el sentido común, la guía sólo es un referente.
Alanís Ibarra hace un pronóstico reservado para Sinaloa si todos salen a disfrutar de la vida laboral, académica y social, a partir del uno de junio. Las personas necesitan tener una carga viral mínima que haga trabajar su sistema inmunológico, si se exponen de una vez a tanta carga viral, su cuerpo no alcanzará a protegerse y el riesgo de enfermar es alto.
El especialista piensa que desde el principio se debieron hacer las pruebas diagnósticas, lamenta los múltiples contagios del personal médico por la sobreexposición a tanta carga viral, y recomienda que el personal médico se esté rotando, es decir, que trabaje dos o tres días escalonados a la semana.
Las medidas básicas de lavado de manos y uso de cubreboca, siguen siendo importantísimas.