Por David Uriarte /
El morenista Faustino Torres Núñez, virtual presidente municipal del Eldorado, antes sindicatura de Culiacán, está viendo que gobernar no es tarea fácil… no sólo se trata de cobrar impuestos o dar permisos para bailes, o regular el comercio ambulante, se trata de la seguridad pública, la vialidad y el tránsito municipal, coordinarse con los distintos órdenes de gobierno, pero sobre todo garantizar la seguridad y la tranquilidad de los gobernados.
La colonia Barrancos de Culiacán, cuenta con alrededor de cuarenta mil habitantes, lejos de los catorce mil habitantes del nuevo municipio Eldorado; si alguien piensa que los municipios son la cuna de la solvencia económica, es una creencia imprecisa, los municipios entre más pequeños más carentes de recursos.
Las participaciones estatales y federales no son suficientes para mantener los servicios públicos municipales, los ingresos propios apenas si alcanzan para la nómina, mientras el gasto operativo siempre está bajo un déficit presupuestal.
Hechos donde las instituciones de seguridad pública federal cumplen con sus funciones y terminan en enfrentamientos como el registrado este domingo 23 de junio en la aún sindicatura de Eldorado, próxima a estrenarse como municipio, es un aviso y una lección para aquellos que han insistido en la separación de sindicaturas para convertirlas en municipios. De hecho, hay quienes piensan -y con razón-, que la verdadera operatividad de los municipios sería la fusión de aquellos cuyo número de habitantes es reducido.
Los únicos municipios grandes en Sinaloa son Ahome, Culiacán y Mazatlán, ciudades con quinientos mil habitantes o más, tienen una viabilidad distinta a los municipios con menos de cien mil habitantes, y mucho menos viabilidad operativa tienen los dos nuevos municipios en el Estado: Eldorado y Juan José Ríos.
Eldorado con 15 mil habitantes y Juan José Ríos con 30 mil, ambos con menos de 12 metros a nivel del mar. Aritméticamente es más rentable hacer municipio a cualquier colonia de Culiacán, de las que tienen más de cuarenta mil habitantes, que sus sindicaturas, este mismo criterio se puede aplicar a cualquier municipio de Sinaloa.
Los intereses políticos hacen que estos nuevos municipios nazcan muertos, las ganas de ser autónomos e independientes les cobrará una factura difícil de pagar, el sueño de ser la autoridad se puede convertir en pesadilla.