Por David Uriarte /

Siempre hay que ser precavidos, más cuando de multitudes se trata, cuando se combina la euforia de cualquier origen con la impericia o la imprudencia los resultados son catastróficos.

A veces el comportamiento del adulto se vuelve infantil, quiere que ‘papá gobierno’ le resuelva la vida, lo hace responsable de todo lo negativo que le pasa… si entra al balneario por 30 pesos, quiere salvavidas, vigilancia, ambulancia, bomberos, todo quiere; menos hacerse responsable de su conducta impropia o temeraria.

Todos los gobiernos municipales y estatales construyen programas preventivos, se toman la foto inaugurando jornadas de cuidado y protección al vacacionista, y en todos los periodos vacacionales siempre o casi siempre hay saldo que lamentar, accidentes automovilísticos, muertes por inmersión en medio líquido, lesiones y eventualmente muertes por múltiples causas asociadas a la imprudencia y la intoxicación por alcohol principalmente.

En la búsqueda de nuevas opciones para garantizar vacaciones saludables, el gobierno municipal de Culiacán está implementando medidas diferentes, los puntos de revisión conocidos como alcoholímetros, serán suspendidos, esto evitará largas filas de vehículos y malestar de ciudadanos cuya conducta civilizada no merece ser tratada igual que la conducta impropia de otros.

El operativo “carrusel” no es nuevo, ya se ha implementado en otras administraciones, con él se pretende controlar la velocidad de los vehículos de motor evitando de esta manera la invasión de carriles, la pérdida de control por exceso de velocidad o impericia, según las declaraciones del alcalde Jesús Estrada Ferreiro, los infractores serán remitidos a barandilla donde pasarán por lo menos 24 horas y no será conmutada la pena a sanción económica.

El objetivo es claro, no más accidentes fatales, las recomendaciones siguen siendo las mismas, si tomas no manejes, la familia es el mejor inspector, y el llamado a los padres de familia para que no permitan que sus hijos conduzcan en estado de ebriedad, y de paso el llamado a los hijos para que no permitan que sus padres conduzcan si ha tomado alcohol.

Desde el punto de vista psicológico, es de esperar la estampida de vacacionistas a destinos de sol y playa, a cualquier lugar donde el encierro pandémico se olvide, la ansiedad por tocar el placer del ocio puede obscurecer la precaución. Hazte responsable.