Por David Uriarte /

Solo los ingenuos pueden aceptar los famosos tiempos que señala la ley para actos de campaña o actos anticipados, son más los vacíos y lagunas que ponen el taste para ir reconociendo el terreno y sus competidores.

Siempre puede haber sorpresas, las cartas de la baraja del Presidente están listas para ganar la partida en la próxima contienda electoral y quizá para una tercera elección presidencial sin sobresaltos para él y su partido MORENA.

La habilidad y destreza de AMLO hacen suponer que usará distractores para despistar a la oposición, aunque muchos dirán ¿Cuál oposición? Sin embargo, en política nada está escrito y nada es absoluto; excepto el poder presidencial.

Si la oposición quiere colocarse en el carril de la verdadera competencia, tendrá que seguir el modelo del Presidente y recordar que la tercera es la vencida, si esto es así, 2036 es el año en que podrá teóricamente regresar la oposición a ser gobierno.

Tendrán que madurar a sus cuadros, prepararlos desde los congresos locales, presidencias municipales, diputaciones federales, senadurías y gubernaturas, para mostrar sus alcances y capacidad de convocatoria; los viejos en la política sirven para dar consejos a los nuevos, pero ya no les alcanza el tiempo y el dinamismo para posicionarse de la silla presidencial.

Desde Palacio Nacional, el Presidente observa cómo se perfilan ‘sus fichas o corcholatas’ para mostrar el rostro simpático que cautive la intención del voto: una mujer y dos hombres aparentemente los más fuertes o los punteros en la contienda para la grande; este puede ser el primer distractor del Presidente mientras cuida y protege a su verdadera carta.

Mientras tanto, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, el Secretario de Gobernación y el de Relaciones Exteriores, dedican parte de su tiempo a promoverse nacionalmente, a Claudia Sheinbaum se le dificulta más justificar sus giras por el interior de la República, cosa que se les facilita a Adán Augusto y a Marcelo Ebrard.

Al analizar hasta donde es posible el perfil psicológico del Presidente, el candidato débil de la tercia es Ebrard, aunque es el relacionado con los gobiernos de casi todo el mundo y cuenta con experiencia política administrativa suficiente… su pecado son sus relaciones y su aceptación en la clase empresarial, en la clase media y alta, y sus relaciones con el país teóricamente más poderoso del mundo.

Si es así, quedan dos cartas.