Por David Uriarte /
¿Quién quiere un hombre o una mujer problemáticos? La respuesta es obvia, sin embargo, una de las principales quejas en la pareja, es la percepción de compartir la vida con una persona problemática.
El deseo de vivir mucho tiempo en pareja y pasarla bien, es un deseo barnizado con ilusión y amenazado todos los días con la realidad de una vida salpicada por problemas de todo tipo, desde la economía, la infidelidad, el poder, la enfermedad física, y no se diga los trastornos mentales y de personalidad.
Los hombres y las mujeres se quejan de lo mismo: “que sus parejas no las entienden”. La mujer no entiende los significados masculinos del deporte, los amigos y la cerveza; en tanto los hombres tampoco entienden los significados femeninos de la maternidad, la familia, el apego, la atención, los detalles, y el afecto.
En general los hombres y las mujeres ven el mundo con los lentes de su masculinidad o de su femineidad, esto significa que la realidad siendo la misma, tiene representaciones diferentes en uno y otro.
Si a las diferencias propias de la percepción masculina y femenina le agregamos condiciones como la personalidad, el estado mental, la historia familiar de sufrimiento, la genética y predisposición a ciertas conductas generacionales; entonces tenemos una bodega llena de explosivos emocionales y una vida llena de problemas, primero de pareja y después de familia.
Vivir con una pareja adicta a las drogas -cualquiera que sea ésta-, o vivir con una pareja explosiva, iracunda, inestable; o compartir la vida y la esperanza con una pareja rara, excéntrica, errática, miedosa, ansiosa, agresiva, controladora, celotípica, o desinteresada, es vivir siempre en el conflicto.
Algunas parejas problemáticas se justifican en el vínculo afectivo, es decir, piensan que sus excesos se derivan del amor, o sienten que su conducta y comportamiento es la única forma de asegurar la permanencia de su pareja en el tiempo.
Vivir y convivir con una pareja problemática, es mucho más que sufrir con la esperanza de un cambio que libere la tensión entre la pareja… vivir con una pareja problemática es contaminar la salud emocional de los hijos cuando los hay, o mantener una agonía asfixiante hasta la separación o la muerte.