Por David Uriarte /
La muestra irrefutable de lo que pasa en México en materia de seguridad pública, son las condiciones de seguridad personal que vive la alcaldesa de la ciudad fronteriza de Tijuana en Baja California.
Montserrat Caballero, una emigrante del estado de Oaxaca avecindada desde su niñez en Tijuana, proveniente de una familia que en su momento buscaba el sueño americano, hoy alcaldesa de una ciudad de poco más de dos millones de habitantes, la principal puerta de entrada y salida a los Estados Unidos.
Desde sus primeros meses en el cargo fue noticia internacional al pedir en los medios al crimen organizado cobrarle a quienes les deben y dejar en paz a la sociedad.
Todas las ciudades fronterizas se convierten en refugio de migrantes que buscan convertirse en mano de obra en el vecino país, los asentamientos humanos irregulares y el crecimiento desordenado carente de los servicios básicos es la constante, la seguridad pública se vulnera y estas ciudades terminan convirtiéndose en las más peligrosas por su alto índice delincuencial.
Desde la llegada de Montserrat Caballero, las cosas en materia de seguridad publica en Tijuana tomaron un rumbo distinto, la eficiencia de la policía preventiva terminó por convertirla en la institución con más decomisos de armas a la delincuencia organizada, esto motivó una serie de amenazas tanto a los mandos operativos como a la propia alcaldesa.
Las cosas se fueron complicando para Montserrat Caballero a tal grado que, vivirá temporalmente en el cuartel militar 28, del Batallón de Infantería localizado al sur de la ciudad, después de haber recibido amenazas derivadas de su desempeño en materia de seguridad pública municipal.
Al parecer los presidentes municipales tienen dos opciones: o se aplican con las consecuencias que está viviendo Montserrat Caballero en Tijuana, o privilegian su vida y su integridad física, psicológica y familiar.
Detrás del miedo legítimo de cualquier servidor público que combate la inseguridad, se encuentra su grado de compromiso con la sociedad que gobierna, tampoco se trata de inmolarse en aras de convertirse en mártir.
¿Cuándo termine su mandato Montserrat, donde vivirán ella y su familia? ¿Se estará escribiendo la crónica de una muerte anunciada?
Cada régimen político tiene su sello, el actual pasará a la historia por su lucha frontal contra la corrupción, y por ser uno de los más violentos.