Por David Uriarte /

Cuando las agresiones entre grupos rivales tienen consecuencias funestas, de alguna manera se entiende, sin embargo, cuando las agresiones alcanzan gente inocente, no hay margen de entendimiento, menos de aceptación.

La escala de agresiones tiene gradientes o espectros variados, desde los rumores difundidos en redes sociales, hasta la violencia extrema de quitarle la vida a los demás de manera dolosa.

En ese espacio de acciones bélicas, los delincuentes especialistas en violencia disponen de un arsenal de opciones, desde actos intimidatorios hasta conductas de exterminio, en medio de los hechos está la sociedad como tercera afectada.

Entre la información oficial de los hechos, y la realidad, existe una diferencia difícil de medir, mientras unos intentan minimizarlos otros se encargan de exagerarlos, sea como fuere, el miedo cabalga en el lomo de la conciencia colectiva.

Son muchas formas de inhibir la tranquilidad social e infundir miedo por parte de la delincuencia, ahora está de moda balear las casas de los enemigos con el riesgo que implica esto para los vecinos colindantes.

Antes de esta modalidad o modus operandi, tumbar los portones, vandalizar la vivienda, o incendiarlas, fue lo que prevaleció… hoy, suenan las ráfagas de fusiles impactando sus balas en las fachadas de los domicilios, levantando nerviosismo que hace correr miedo por las venas de una sociedad que no logra acostumbrarse a lo que parece una guerra.

El nuevo modus operandi incluye el asalto y la vandalización de tiendas de conveniencia, sumadas a las extorsiones a los comerciantes, o el cobro de piso. Aunque son dos cosas distintas, el modus operandi de la delincuencia en contra de la sociedad civil es una cosa, y la guerra entre los grupos delictivos es otra cosa, sin embargo, ambas condiciones terminan lastimando a la sociedad.

La suma de los delitos es cuestión numérica, el sufrimiento de cientos de familias y el miedo de miles más, no tiene instrumento de medición, es decir, ¿Cómo mides el sufrimiento de la orfandad o la viudez? ¿Cómo mides el dolor por la pérdida irreparable de un familiar producto de la guerra entre grupos delincuenciales? No hay forma de entenderlo a pesar de la empatía afectiva que se tenga, excepto tener la vivencia.

Este nuevo modus operandi de la delincuencia, es una forma más de infundir miedo en la sociedad.