Por David Uriarte /
Hay dos tipos de paternidades: la biológica y la emocional.
La paternidad es un vínculo que une a padres con hijos, este vínculo se construye mediante la fecundación y/o mediante la emoción, la paternidad es un sentimiento cuya intensidad construye la motivación de apego o de ausencia.
La maternidad y paternidad no son conceptos análogos, es decir, no son equiparables, el diseño corporal de los hombres es diferente, la mujer es fecundada, anida, alimenta, refugia, protege, y madura el producto de la concepción por 38 semanas más o menos, hasta que es apto para una vida extrauterina.
El recién nacido necesita ser alimentado de preferencia al seno materno por seis menos como mínimo, después se complementa con la ablactación o con fórmula para proceder al destete, sin embargo, tenemos maternidades extremas en el tema de la alimentación, unas que por alguna circunstancia no pueden alimentar al recién nacido con leche materna, otras que prolongan la lactancia incluso hasta los cuatro o cinco años de edad.
El padre es relevado por la naturaleza tanto del embarazo como de la lactancia, los cuidados y la crianza son tareas que los hombres pueden cumplir igual que las mujeres. Los estudios de conducta paterna revelan que el número de horas por día que los padres arrullan en sus brazos a los hijos, es mínimo en relación a la madre o a la “cuidadora”.
La teoría del aprendizaje afirma que el hombre puede cuidar a sus hijos igual que la madre, esta teoría no contempla al apego como vía de acceso entre el padre y el recién nacido, aunque el amor y el apego son vínculos diferentes, es importante el apego para expresar el amor. El apego en los hombres depende de una neurohormona que se produce en la neurohipófisis, la vasopresina, niveles bajos de vasopresina inhiben el apego de los padres con sus hijos, también el mal funcionamiento del gen RS-334, hace padres desapegados de sus hijos, aunque el sentimiento de amor prevalezca.
Una cosa es la paternidad plasmada en un documento, y otra el sentimiento de amor y apego a sus hijos, hay hombres con niveles altos de vasopresina que ejercen una paternidad funcional con hijos que no son biológicamente de ellos, la paternidad psicológica o emocional tiene sus raíces en un cerebro biológicamente sano.
Una cosa es aprender a cargar a los hijos, y otra cosa es sentir ganas de hacerlo.