Por David Uriarte /
Manera especial de actuar o trabajar para alcanzar el fin propuesto. Esto es lo que está pasando en Sinaloa, la forma de operar de la delincuencia, encuentra múltiples manifestaciones, el pánico se apodera de la sociedad, el miedo cabalga en la mente consciente de los alcances perversos del crimen organizado.
Desde el robo de cajeros automáticos con el uso de equipo y maquinaria pesada, hasta la detonación de artefactos explosivos en rancherías del vecino municipio de Tamazula, perteneciente al estado de Durango, pasando por la amenaza de hacer detonar bombas de confección artesanal en bancos o cercanas a instituciones de salud.
El modus operandi de la delincuencia escala niveles conocidos, pero no esperados para un estado como Sinaloa, el tema no es si ¿Es o no terrorismo? El tema se llama “inseguridad” … La pregunta es ¿Existe un lugar seguro para los sinaloenses?
La vía pública, los centros comerciales, los hospitales, las carreteras, las privadas, en fin, cualquier lugar y en cualquier momento, la inseguridad sorprende a ciudadanos de bien, familias que sólo quieren descansar o convivir en sus domicilios. Personas que transitan por las carreteras cumpliendo jornadas laborales o de vacaciones, enfermos que esperan ser atendidos en las instituciones de salud, ya sea la Cruz Roja u hospitales; esta es una realidad que sólo se describe, ni se minimiza ni se sobredimensiona.
Pronosticar cuándo o hasta cuándo se acabará este infierno, es presumir lo que no se conoce o mostrar complicidad consciente. Los números, tanto de robo de vehículos como de homicidios dolosos, muestran conductas delictivas carentes de miedo, la nueva modalidad de violencia con artefactos explosivos, evidencia otro tipo de mentalidad destructiva de la vida, la paz y la tranquilidad social.
El resumen estadístico de violencia del mes de octubre de este año, cerró con números sólo comparados con el mismo mes del año 2010, cuando se dio la fractura con los ‘Beltrán Leyva’, según el registro histórico.
Si un cohete de los usados en la pirotecnia navideña puede mutilar, imaginemos los daños de un artefacto explosivo utilizado para exterminar la vida en grandes extensiones, eso es lo que ha pasado en los últimos días, aunque su uso viene desde hace tiempo en lugares del centro de la República.
El modus operandi criminal cumple el mismo fin, la diferencia es su letalidad y su alcance.