Por David Uriarte /

Entrando en la recta final del gobierno de López Obrador, algunos políticos siguen sin entender que, en el fondo, no se trata en sí de un nuevo gobierno, se trata del nuevo régimen, es como cambiarse de vehículo, aunque la dirección sea el mismo destino, el primer vehículo usaba gasolina y el nuevo utiliza diésel o viceversa.

La planeación del nuevo régimen político en México se viene gestando desde el siglo pasado, surge en las entrañas del partido en el poder en ese entonces, el PRI, ahí militaba Andrés Manuel López Obrador, esa fue la semilla que detonó el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).

Andrés Manuel López Obrador (AMLO), es genéticamente, por decirlo de alguna manera, priista, por eso conoce y entiende la conducta y el comportamiento de los gobiernos en los últimos setenta años, especialmente en los seis sexenios que le antecedieron donde hubo una mezcla PRI-PAN que fueron los estertores del viejo régimen político en México.

Si la oposición no supera el duelo por la muerte del sistema de gobierno neoliberal, seguirán primero en la negación, después en el coraje, y algún día integrarán la experiencia como muestra de inteligencia grupal o colectiva.

Muchas son las acciones hechas por el nuevo régimen, tal vez faltan muchas más, sin embargo, todas se reducen o terminan en la percepción de los mexicanos en tres áreas: la economía, la salud y la seguridad.

Mientras la inflación se siga comiendo la esperanza del poder adquisitivo, no habrá discurso que pueda convencer al estómago; mientras el sistema de salud carezca de lo mínimo indispensable para garantizar la atención integral, de poco servirán los médicos traídos de Cuba o de cualquier parte del mundo.

¿De qué sirve el mejor dispositivo electrónico si no hay fluido eléctrico o Internet? Así mismo, ¿de qué sirve la mejor máquina de anestesia sin anestesiólogo? O al revés, ¿de qué sirve el mejor médico si no hay medicinas, o el mejor hospital sin equipamiento? En fin, la ecuación del servicio médico no se reduce al recurso humano, es la suma de infraestructura, equipamiento, medicamentos, insumos, recursos médicos y administrativos, mantenimiento y conectividad.

Del tema de la seguridad ni se diga, ya lo dijo el presidente, sin seguridad no habrá Cuarta Transformación.

Limpiemos el lente del juicio para evitar la miopía política y dejar de confundir gobierno con régimen.