Por David Uriarte /
Aunque la inteligencia artificial está supliendo la mano de obra, haciendo maravillas en el tema de la información, acortando tiempos en la búsqueda de datos, haciendo contenido académico, revisando bibliografía científica, hasta encargarse de portales y plataformas informativas, aun así, la presencia y la voz de los locutores sigue siendo indispensable.
El divulgador científico Eduardo Punset, decía que la hipótesis afirmativa de que “los tiempos pasados fueron mejores”, es falsa, según él, los tiempos actuales son mejores que los pasados y los que vienen serán aún mejores.
Hace cincuenta años, la televisión era en blanco y negro, escuchar la radio era opción barata como hoy, grabar comerciales un arte, producir efectos sonoros una hazaña, la voz de los locutores vestía la programación, sus comentarios eran verdaderas disertaciones, el conocimiento de la historia, el arte, y la farándula era obligado, como obligatorio el permiso o la licencia de locutor tipo A o tipo B, excepcionalmente la licencia de cronista deportivo.
Hoy las cosas son distintas y mañana serán diferentes, más que juzgar o comparar, se trata de hacer un justo reconocimiento a los jornaleros del entretenimiento, la diversión, la educación, y la comercialización del tiempo.
La reseña minúscula de la radio en Culiacán, cobra más sentido en las personas mayores de sesenta años, aquellos o aquellas que hoy ven en sus hijos o nietos, cierta adicción a las redes sociales, niños y adolescentes obsesionados por los videojuegos, jóvenes y adultos aspirantes a ser influencer (Anglicismo que se refiere a una persona con capacidad para influir sobre otras, a través de las redes sociales), o youtuber (Productor y creador de contenido audiovisual que usa YouTube como su plataforma de comunicación), aun así, el espacio de la radio sigue siendo opción viable.
Hacer un recuento de los personajes del micrófono en la radio de Culiacán, termina siendo una injusticia, siempre habrá omisiones e imprecisiones, se puede afirmar la existencia de los señores del micrófono del siglo pasado como Baldomero Galindo, Guillermo Macedo, Ramón Robledo, Sergio Orozco, Juan Millán, Salvador Echeagaray, y pocos más que aún viven.
Para más información, hay que remitirse al esfuerzo de Roberto Montoya y Luis Antonio García, ellos tienen datos precisos de la historia de la radio en Culiacán, de los locutores que honraron el micrófono.