Por David Uriarte /

En relación con la crisis de inseguridad percibida por los sinaloenses desde le mes de julio y acentuada en el mes de septiembre, esa misma percepción se ha modificado, ha cambiado, el mejor ejemplo es el fin de semana pasado, la carrera de la salud, el desfile “Sonríe en la blanca Navidad”, las plazas comerciales y sus estacionamientos llenos, algunos restaurantes clásicos y tradicionales con largas filas, y el tráfico vehicular ni se diga; congestionado.

Algunos darán gracias a Dios, otros al cielo, otros a la Virgen, unos más a las fuerzas federales, algunos aficionados mezclados con tendencia fanática dirán que gracias a Omar García Harfuch, bautizado como el ‘Batman de Ciudad Gótica Culiacán’; el Gobernador también tiene sus admiradores y seguidores en este atisbo de paz; las policías se llevan su cuota de reconocimiento.

En fin, sea como fuere, la tranquilidad traducida en confianza para salir a la calle, tanto para llevar a los hijos a la escuela como para salir a socializar, para tomarse unas horas de recreo familiar, para ir a las tiendas en preparación de las fiestas y cenas decembrinas, para regresar a los gimnasios, parques y lugares de recreación o deporte, la vida social rescata las calles y las familias se toman la ‘pastilla de la confianza’ para empezar a salir como antes de la crisis.

Lo que se ve no se pregunta, el espíritu navideño ya está inmerso en niños y adultos, calles, casas, edificios, y lugares significativos están adornados, luces, pinos, nacimientos, inflables de Santa y sus renos, son las mejores locaciones para las fotos del recuerdo, para posar con la sonrisa que se había escondido por meses. La idea de las posadas, reuniones, el tema del aguinaldo, y por supuesto, las compras navideñas que incluyen cenas y regalos están presentes.

Lo que se ve no se pregunta, muchas personas traen en una bolsa la alegría y en otra el miedo, ambas con un toque de contagio, igual contagian la alegría a los demás que el mismo miedo, en esta confrontación de emociones y motivaciones debe prevalecer la alegría.

Lo que se ve no se pregunta, la inocencia de los niños es un aliciente para promover cada uno desde su trinchera, que perdure la paz y la tranquilidad social, tema importante y significativo, el de las familias lastimadas por las pérdidas irreparables, su Feliz Navidad y su próspero Año Nuevo se verá eclipsado o manchado por la desgracia: lo que se ve no se pregunta.