Por David Uriarte /
Los infectados por el virus de la desinformación son más que los infectados por el virus SARS-CoV-2 en el mundo.
El miedo prevalece en las personas consientes de la magnitud del riesgo derivado de la letalidad del virus, sin embargo, médicos en particular y trabajadores del sector salud en general, se han infectado, enfermado y algunos han fallecido; lo mismo les ha pasado a la población en general, ricos y pobres, estudiados y analfabetas, jóvenes y viejos.
¿Por qué la enfermedad es democrática? ¿Por qué infecta, enferma y mata por igual? La respuesta está en el sistema inmune o sistema de defensa del organismo principalmente.
La doctora Elizabeth Blackburn, premio Nobel en 2009 por el descubrimiento de los telómeros y la telomerasa y su papel en el proceso de envejecimiento, junto con Elissa Epel, investigadora en terapia cognitiva y manejo del estrés en la Universidad de California, en San Francisco, llegaron a la conclusión de la importancia del esquema de pensamiento y el estilo de vida en personas sanas y longevas.
Así como hoy se sabe que la felicidad definida como bienestar subjetivo percibido, depende en 50% de los genes heredados, 10% de las condiciones o circunstancias de la persona, y 40% de la forma de pensar y actuar de las personas, también se sabe que la base fundamental de la salud es el bienestar de la unidad funcional de la vida que se llama célula.
Una célula sana representa un tejido sano, y un órgano, tejido, aparato o sistema sano representa una persona sana con un sistema inmunológico apto para enfrentar las agresiones propias del medio ambiente como los virus.
La selección natural hace una criba y mantiene a los individuos más fuertes de la especie listos para seguir transmitiendo sus genes a las siguientes generaciones, los débiles o enfermos son víctimas de las agresiones propias de un estilo de vida que aleja la calidad de vida y ratifica la importancia de un sistema inmunológico fuerte para enfrentar las adversidades propias de la vida.
Perversidad o accidente, cualquiera que sea el caso, el virus encontrará asilo siempre en las células del sistema inmune enfermas.