Por David Uriarte /
Cada vez más y más infectados con una letalidad en el mundo de 5%, en México es del 11.5%, y en Sinaloa del 15.8%. La pandemia es enfermedad, muerte, destrucción de ilusiones, y destrucción de la economía, es una prueba difícil de superar por la sociedad y el gobierno.
Al principio la incredulidad propia de lo desconocido, después, las curas mágicas, hoy el miedo ante la inminencia del contagio y la muerte.
En el discurso político oficial se aprecia la paradoja, por un lado el “quédate en casa”, y por otra parte, la apertura de los giros comerciales con las indicaciones de la sana distancia, sanitización de los locales y utensilios, uso de cubreboca, y lavado exhaustivo de manos.
En el discurso científico se advierte una realidad lacerante para México: la “inmunidad de rebaño o inmunidad colectiva”, esto depende de la contaminación de por lo menos el 80% de la población equivalente a 100 millones de habitantes para que se agote la pandemia.
Si al día de hoy en una cifra conservadora se hablara de 10 millones de mexicanos que ya estuvieron en contacto con el virus, esto indica que a este ritmo a México le faltan por lo menos dos Años para superar al coronavirus.
Este ritmo es bueno porque su lentitud le permite al sistema de salud no colapsar, pero el tiempo es letal para la economía de millones de familias y miles de empresas y empresarios.
Aunque la enfermedad como tal no tiene tratamiento al tratarse de un virus, sus complicaciones se pueden tratar y con esto evitar la muerte del enfermo hasta en un 85%.
Los enfermos que superan el coronavirus en su domicilio, sólo requieren analgésicos, antinflamatorios, antibióticos profilácticos, antivirales, antiparasitarios, en algunos casos sus antitrombóticos y eventualmente el uso de oxigeno suplementario.
Los pacientes hospitalizados pueden correr la suerte de terminar intubados y desconectados de la conciencia a la espera de una recuperación “milagrosa”.
Ante lo tétrico del pronóstico del COVID-19, el mercado negro se apoderó de medicamentos, concentradores de oxígeno, tanques de oxígeno, e incluso ventiladores mecánicos… lo que faltaba.