Por David Uriarte /
Mientras se vierte información diciendo que “todo está planchado” como seguramente lo está para el arribo de Quirino Ordaz Coppel a la embajada de España, el trámite ante el Senado se está tardando si no es que, complicando.
Ayer el líder del PRI en el Senado, Miguel Ángel Osorio Chong aseguró que votarán en contra de la ratificación para que el sinaloense cumpla con la función encomendada por el presidente López Obrador.
Obviamente las indicaciones vienen de la dirigencia nacional del PRI, tanto Alejandro Moreno Cárdenas como Osorio Chong, saben que no les alcanza para decidir, pueden buscar alianzas en esta fase de vulnerabilidad del régimen de López Obrador, sin embargo, todo indica que se quedará en una verdadera pantomima y con un movimiento de cejas tendrán que dar paso a lo que sigue en el destino político de Quirino y en la voluntad del Presidente.
¿No sería mejor sumar que restar o dividir? La decisión del PRI de expulsarlo de sus filas, realmente fortalece la libertad política de Quirino, lo pone a disposición de un futuro cuyo refugio le asegura nuevas experiencias, más para el perfil del empresario hotelero, más cuando los españoles gastan en euros, más cuando Mazatlán es un destino turístico de talla internacional.
Si el discurso de los dirigentes del PRI fuera en el sentido de posicionar a sus cuadros valiosos, podrían presumir de todos aquellos que finalmente se están incrustando en el gobierno de la cuatro T, es mejor tener un aliado al otro lado de la mesa, que un resentido conocedor de las entrañas y los puntos débiles del partido donde fue expulsado.
El elenco del PRI es basto, hombres y mujeres inteligentes, conocedores de la política partidista y de las políticas públicas, con un detalle importantísimo: se les ha olvidado que ya no son gobierno, hoy son oposición… rol o papel que aún no saben interpretar.
Hoy son tiempos de negociación, de sumas o multiplicación, no de restas o divisiones. Poco a poco el país se está pintando de “Morena”, a este ritmo los gobiernos priistas en los estados y municipios serán la excepción y no la regla; si la dirigencia nacional del PRI persiste en su miopía exhibiendo su pantomima, seguirá cosechando en las urnas un rendimiento desalentador con tintes de extinción.