Por David Uriarte /

Todos los días aparecen novedades, hechos y conductas de alguna manera esperadas, tanto la sociedad como el gobierno esperan cosas que no suceden, la sociedad espera una suerte de magia donde el gobierno le resuelva todos sus problemas; lo mismo le sucede al gobierno al esperar que la sociedad entienda la dinámica propia de una administración de tal dimensión, un gobierno que no le alcanzan los vivos para enterrar a los muertos.

Ambos, sociedad y gobierno viven a la espera mutua de la comprensión, es decir, la sociedad espera del gobierno y el gobierno espera de la sociedad.

Mientras eso pasa, el tiempo sigue su marcha arrollando a su paso esperanzas y expectativas, todos los días, un día más y otro también, la sociedad se acuesta con las tristes noticias de la extinción de la vida por la vía de la violencia, se levanta con la esperanza de encontrar un día diferente y lo que encuentra es más de lo mismo.

Pareciera que se trata de una narrativa pesimista, negativista, desafiante a un régimen político que apenas se instaura, sin embargo, los panteones, los hospitales, los huérfanos, viudas, y familias afligidas por la pérdida de sus familiares, son los testigos de calidad de lo que pasa, estas son las novedades.

Los humanos tienen algo que se llama esperanza, unos más y otros menos, la esperanza es lo que mantiene firme la idea de que hoy será un día mejor que ayer, lejos de la sombra de la muerte y la violencia.

Los que se dedican al trabajo licito cuya remuneración no es lo suficientemente adecuada a las necesidades de la familia, se refugian en los beneficios que brinda el gobierno en los temas sensibles de seguridad, salud y educación, buscan estar lo más alejados del riesgo, tratan de conservar su salud, y promueven en sus hijos el hábito del estudio como fuente de seguridad a corto plazo.

Las novedades siguen siendo las mismas, un pueblo lleno de esperanza, un gobierno lleno de compromisos, y una realidad discordante.

Las novedades debieran tratarse de buenas noticias, de una sensación de bienestar personal y familiar derivado de las condiciones seguras en el entorno social, de la certeza de contar con un sistema de salud suficiente, del orgullo de pertenecer o ser egresado de las escuelas y universidades públicas.

Las novedades positivas son las que esperan gobierno y sociedad.

Pero ¿Cuál es realmente la novedad?