Por David Uriarte /
México como territorio nada tiene que ver con la conducta violenta de sus habitantes, las violentas son las personas no el lugar de residencia; en esta lógica, la estadística generada por los sociópatas pinta o dibuja un México violento ante los ojos de la comunidad internacional.
Los muertos no ejercen el derecho a réplica y a los asesinos no les interesa la discusión, sólo cumplir las órdenes o su voluntad.
Según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal A.C., en 2020 el índice de violencia aumentó 39% en comparación con 2015, en municipios de 100 mil o más habitantes. En 158 municipios, de 223, la violencia creció en un 86% en promedio.
La política de seguridad pública debe cambiar en forma radical y rápida. En 2020 el municipio de más de 100 mil habitantes más violento fue Zamora, Michoacán; seguido de Manzanillo, Colima y Salamanca, Guanajuato. Estos municipios están entre los 20 más violentos si se consideran los 2,463 municipios del país.
Se pierde tiempo y se desgastan las neuronas cuando el tema de la violencia se reduce a la frase del presidente López Obrador de: “abrazos no balazos”, el fenómeno de la violencia va mucho más allá… Se trata de la conducta empujada por la creencia primitiva de la sobrevivencia, el desprecio consciente o inconsciente a la vida, la ausencia de compasión por la vida, y la ausencia de culpa producto de un cerebro disfuncional.
La descripción de las condiciones por las cuales una persona le quita la vida a otra, sólo refleja la particularidad de este grupo criminal cuyos aprendizajes sociales se mezclan con la función cerebral patológica.
Creer, pensar u operar programas tradicionales de fuerzas policiales con tecnologías de punta, es como se dice coloquialmente “patear el bote”, es decir, postergar las acciones que pueden controlar las verdaderas causas de la conducta sociopática.
La familia sigue siendo la escuela de los delincuentes y la escuela de los científicos, empresarios, o personas de bien.
Los homicidas matan con el cerebro de homicida, no con las manos de humano.