David Uriarte /
Cualquier pandemia detiene el tiempo y amenaza la vida, la vida cotidiana entra en receso, las actividades comerciales, académicas, administrativas, incluso la vida de relación hace un espacio para mantener alejadas o distantes a las partes, es tiempo de poca movilidad, sólo la necesaria para las actividades esenciales que tienen que ver precisamente con la vida, la salud, el cuidado y la protección.
Algo así le paso a la UAS, mantuvo las actividades sustantivas, la enseñanza no se detuvo, la investigación tampoco, la Universidad se vio envuelta en una pandemia jurídica que la mantuvo en silencio, distante de actividades sociales, hasta que paso la tormenta y apareció la calma.
Las pandemias marcan un impasse o compás de espera, es como si se detuviera el tiempo, como si el sueño invadiera de manera prolongada la vida y se despertara meses o años después, de alguna manera, eso le paso a la UAS hace meses.
Después del impasse, todos ganaron, ganaron los alumnos, ganaron los padres de familia, ganaron los profesores, ganó el personal administrativo, ganó el personal de intendencia y de mantenimiento, y también ganaron las autoridades.
Las crisis son para mejorar o empeorar, cuando una pareja entra en crisis tiene dos destinos, o fortalece su relación o la empeora como tal, lo mismo pasa con las instituciones, las crisis ponen a prueba su fortaleza, si no se derrumban retoman el camino de su objeto social con más ánimo y más compromiso.
Casi la mitad del espacio del rectorado, se fue en la pandemia de los litigios, por eso, el proceso de consulta entre la base trabajadora y los alumnos, para proponer un nuevo periodo de rectorado con el mismo titular, atendiendo las bases de la ley orgánica, están perfilando el nuevo rumbo de la UAS.
La clasificación de las mejores universidades en el país, tiene en sus primeros lugares o como se dice comúnmente, en el top ten (lista de los diez mejores en su clasificación) a la UAS, ni es producto de la casualidad o de la corrupción, es producto del trabajo conjunto profesores y autoridades, por eso, los profesores están en constante capacitación y protección salarial, y las autoridades en renovación constante de sus compromisos con las actividades sustantivas: la educación y la investigación.
Después de la pandemia o las vicisitudes por las que atravesó recientemente la institución Rosalina, la UAS es otra.