Por David Uriarte /
Muchos afirman que “este arroz ya se coció”, refiriéndose al proceso electoral y sus resultados, sin embargo, hay que recordar la cercanía de México con Estados Unidos, no se puede negar el significado de su colindancia, mucho menos la importancia para la economía de México y los mexicanos.
El cinco de noviembre de este año 2024, el demócrata Joe Biden, y el republicano Donald Trump, se verán las caras en las urnas donde el colegio electoral habrá de rendir cuentas y entregar al congreso el nombre del próximo presidente del país más influyente del mundo.
El comercio internacional busca acomodar sus conexiones para la compra y la venta con Estados Unidos, los reacomodos de las empresas o la relocalización denomina nearshoring, es una estrategia comercial que busca hacer llegar los productos a todos los mercados, especialmente a Norte América.
Los chinos buscan estrategias para brincar las barreras arancelarias y geográficas, el gigante asiático es un verdadero competidor de Estados Unidos en materia de productos y servicios, su economía ha crecido como nunca en los últimos veinte años, esto representa un verdadero riesgo competitivo para los mercados de norte américa.
La pieza que le falta al rompecabezas en México, es precisamente la cara del próximo presidente de Estados Unidos, mientras muchos piensan que el atrevido de Trump retomará el poder, otros le apuestan a una competencia muy cerrada, incluso ven al demócrata de Biden repitiendo En el poder.
Muchas cosas se pueden decir y afirmar de las elecciones en Estados Unidos, será hasta el cinco de noviembre cuando se despeje la duda y la pieza del rompecabezas encaje en el vacío de la duda, dando la verdadera imagen y color de la certidumbre política y económica de México y su nuevo gobierno en este régimen que va en su segunda etapa o ciclo.
La importancia de México para Estados Unidos se da en dos áreas, la económica y la de migración, México es paso natural y obligado para los millones de migrantes que buscan el sueño americano, el mundo tiene los ojos puestos en México, principalmente los países pobres, exportadores de mano de obra.
El intercambio económico entre México y Estados Unidos, es columna vertebral de su relación y soberanía, por eso, el nuevo presidente será la pieza que le falta al rompecabezas de México.