Por David Uriarte /
Sin duda la nota que ya le dio la vuelta al mundo es la muerte del Papa Francisco. Cristianos o no, el respeto por el liderazgo universal de quien fuera promotor de la paz, fue un signo cuyo espectro sigue siendo amplio.
La semana santa es un referente mundial, si bien es cierto que hay países y comunidades que profesan otra religión, también es cierto que la iglesia católica tiene presencia casi en todo el mundo.
Los países latinos entre ellos México, profesan su fe cristiana desde hace más de quinientos años, poco más de veinte generaciones han vivido bajo el dogma cristiano, para muchas personas, la virgen y su religión forma parte de su ADN, su religión se convierte en la creencia más importante.
La muerte del Papa Francisco despierta a millones de personas con la mezcla de sorpresa y resignación, su presencia física desmejorada en los últimos meses, su hospitalización por más de un mes, su voz cansada, en fin, los signos premórbidos de una ausencia definitiva anunciada, marcó el fervor de los creyentes, puso a prueba su fe, y en estos momentos la sorpresa prende la mecha del duelo con una negación de la realidad.
Los no creyentes, agnósticos, o con creencias religiosas diferentes al catolicismo, ven la noticia como relevante, por algo la mayor parte de los medios informativos están comentando la muerte del Papa Francisco.
Los cardenales católicos distribuidos por todo el mundo, ya están rumbo a Roma, la política eclesiástica ya busca al sucesor, se espera humo blanco en pocos días.
Podrán decir misa, pero la comunidad cristiana latina ya está satisfecha, el 17 de diciembre de 1936, en Buenos Aires, Argentina, nació Jorge Mario Bergoglio, fue el 266º Papa de la Iglesia católica.
El próximo papa será filipino o de otra nacionalidad, no importa, la satisfacción de los fieles cristianos de México y América latina, descansa en el orgullo de haber tenido un representante Dios en la tierra, al que le pudieron llamar paisano, alguien que hablaba español y entendía la idiosincrasia de una cultura impregnada por la fe católica.
La noticia del año más será su ausencia, será recordado por sus posturas revolucionarias al tocar temas de difícil acceso cristiano como el aborto, la unión de personas del mismo sexo y la orientación homosexual entre miembros de la comunidad cristiana.
La noticia del año es la orfandad temporal de muchos cristianos en el mundo.