Por David Uriarte /

Lo paradójico de la indefensión ciudadana, consiste en que el gobierno trabaja con los recursos proporcionados por los tributarios. El presupuesto federal enviado a las cámaras de senadores y diputados, es un traje a la medida que la Secretaría de Hacienda le hace a todas las dependencias, los impuestos cobrados a los que trabajan son usados y repartidos para la nómina de los empleados del gobierno, para las obras e infraestructura como aeropuertos, carreteras, refinerías, presas, y los programas de bienestar social que consiste en repartir dinero para grupos específicos.

Qué bueno que se les paga a los empleados del gobierno, desde el Presidente hasta el empleado modesto cuyo ingreso es magro; que bueno que se hacen obras monumentales como muestra de progreso y crecimiento económico

El estado de indefensión aparece cuando la ciudadanía es víctima de la aplicación de las leyes secundarias o reglamentos donde hay inequidad o asimetría, es decir, si el ciudadano no paga el costo del consumo eléctrico, sencillamente la Comisión Federal de Electricidad (CFE) le corta el suministro, a pesar de presumir ser una empresa de clase mundial, la CFE no le garantiza al consumidor el suministro 24/7.

No sólo eso, las fallas en el fluido eléctrico dañan equipo doméstico, empresarial y de oficina, refrigeradores, lavadoras, aires acondicionados, equipos especializados como refrigeradores en farmacias, carnicerías, rastros, y no se diga computadoras y equipos especiales cuya operación depende del fluido eléctrico.

Si el apagón le toca al hospital, los quirófanos y los equipos dejan de funcionar, los pacientes de terapia intensiva y la famosa red de frío que conserva las vacunas, dependen 100% de una planta auxiliar que salvaguarde la operación de los equipos y con esto de la vida de los pacientes graves.

Ante estas contingencias ¿Quién le responde a la ciudadanía? Si el ciudadano no paga, el gobierno (CFE) le corta el suministro eléctrico; pero si el gobierno falla, “no pasa nada” … esta es la asimetría evidente y paradójica que vive la población ante una realidad que se repite cíclicamente.

Los recién nacidos, los enfermos que dependen de aparatos cuyo funcionamiento es eléctrico, los ancianos que necesitan luz las 24 horas por su condición, los equipos y aparatos averiados, esta es parte de la indefensión ciudadana.