Por David Uriarte /

La fractura, ruptura, separación, división, desarticulación, descomposición, o modificación del pensamiento, es decir, cambiar de creencias o formas de pensar, es producto de la capacidad reflexiva, es muestra y evidencia de inteligencia que sólo se da en un cerebro funcional.

La rigidez, obstinación, dureza, o inflexibilidad de los pensamientos, habla de una personalidad que subyuga su libertad de pensamiento por las creencias impuestas, aunque éstas estén desfasadas o evidentemente fuera de toda lógica y sentido común.

No se deben confundir los pensamientos emanados de la razón o deducción, con las creencias derivadas del conocimiento teológico o producto de la fe y el dogma, eso es otra cosa.

Cuando la sociedad es víctima de un bombardeo de ideas que inicialmente contrastan con las suyas, el pensamiento colectivo sufre escisiones, se vulneran las creencias o expectativas sociológicas y culturales, empieza a emerger otra clase social, subgrupos dentro de la misma colectividad que construyen fronteras ideológicas tan férreas como las anteriores, es decir, como las que ellos mismos profesaban antes de la fractura del pensamiento.

Fracturar el pensamiento colectivo no es tarea fácil, requiere encontrar las fisuras por donde pueda trasminar la confianza del nuevo paradigma que sustituirá al otro. Esas fisuras son las carencias o necesidades insatisfechas, una sociedad carenciada e insatisfecha en lo básico, expone de manera natural las fisuras por donde penetra el gen del nuevo paradigma.

Persuadir al líder y fundador de la organización terrorista, Al Qaeda, Osama Bin Laden, en su momento, de cambiar de actitud ante los Estados Unidos, era prácticamente imposible… su estructura de pensamiento monolítica no da margen de duda, a pesar de las evidencias del daño social.

La fractura del pensamiento se da solo en la capacidad reflexiva, al superar la obsesión sin sentido, al identificar el o los paradigmas que no funcionan a pesar de ser la base de las creencias generacionales.

La política cuando funciona se encarga de expandir y sembrar sus principios, aumentar su base de miembros, creyentes y simpatizantes, busca penetrar por las fisuras de las carencias de una sociedad sedienta de mejorar su calidad de vida, instalan el gen de la esperanza y fracturan el pensamiento.

Lo primero: confianza.