Por David Uriarte /
El estrés y la hipertensión son los principales síntomas de un hombre víctima de los afectos femeninos cuando no son tratados de forma adecuada.
Hombres comprometidos con su pareja y su familia caen fulminados por un infarto cardíaco, o llegan desconectados al servicio de urgencias por una hemorragia cerebral; todo por no saber manejar el estrés y las emociones generadas en la vida de relación.
No se trata de buscar culpables, se trata de buscar ayuda, se trata de entender muchas cosas… entre ellas, que los hombres al verse superados por la obsesión o paradigmas de la pareja terminarán tarde o temprano con un desgaste significativo en la relación, esto en el mejor de los casos.
En el peor, terminan muertos o quedan con secuelas por los efectos secundarios de una presión arterial que sin duda lo marcará para siempre. O un espasmo de las arterias coronarias que puede evolucionar al infarto y a la muerte repentina o prematura.
La visión de las mujeres y la visión de los hombres obedecen a cerebros funcionalmente distintos, más cuando se trata de emociones y sentimientos. Tener lo mejor de la vida es propio del humano, pero algunas mujeres quieren un mil usos en su vida.
‘Una pareja que les provea seguridad y protección’, hasta aquí es normal o natural en ellas. Sin embargo, hay mujeres que, en el uso de su libertad de sentimiento y pensamiento, reclaman de su pareja tiempo, dinero, compromiso, y compañía.
Esto es relativamente fácil cuando la pareja tiene una solidez económica que le permite disponer de 24/7 de su tiempo, pero los hombres proveedores, con una economía escasa, deben tomar una decisión: o la jornada laboral que requiere tiempo, o la jornada afectiva que también consume tiempo.
Cuando estas dos variables se enfrentan, surge el estrés y la tensión emocional que se traduce en enfermedades orgánicas al margen del malestar propio de la relación de pareja.
La taquicardia y la hipertensión son los síntomas físicos, la depresión y la ansiedad el trastorno mental, y el extremo, el infarto y la hemorragia cerebral. Por eso, muchos hombres reviven cuando se separan de una pareja emocionalmente toxica.