Por David Uriarte /
¡Hay tiro! Esta expresión se usa generalmente cuando existe rivalidad evidente entre dos boxeadores o competidores, rivalidad que puede trastocar la sana o buena relación existente previamente.
La relación entre las figuras principales del Gobierno de Sinaloa y algunos actores políticos, se han deteriorado con el tiempo a tal grado que han dado un giro para transformar aquello que parecía una férrea amistad en una evidente diferencia que los tiene confrontados y tensos.
No tan lejos quedaron los días cuando Héctor Melesio Cuén Ojeda, en su calidad de líder del Partido Sinaloense era la joya de la corona en los tiempos de campaña por la búsqueda de la gubernatura del abanderado de MORENA; después le ‘sobaron el lomo’ haciéndolo Secretario de Salud, seis meses después fue expulsado del organigrama de los servidores públicos, y hoy están enfrentados a duelo con una diferencia: Cuén no trae pistola.
Poco a poco se fueron llenando las alforjas de las emociones, la cordura fue superada por la frustración, primero fue un intercambio de palabras con mensajes hirientes de ambas partes, después entraron en franca rebeldía y hoy, Jesús Estrada Ferreiro enfrenta el destierro político y una serie de litigios que lo han mantenido ocupado y desgastado en todos los sentidos, todo indica que la mano de la justicia federal será la guía que lo pondrá nuevamente en el camino de sus legítimas aspiraciones.
Lo mismo se puede decir de Luis Guillermo Benítez Torres, exalcalde de Mazatlán cuya suerte es muy parecida a la del exalcalde de Culiacán, se pusieron bravos, y hoy viven más que relegados de la vida política, señalados como delincuentes que tienen que demostrar su inocencia o pagar las consecuencias.
Si Caín mato a su hermano Abel, según se lee en la Biblia, que se puede esperar de las hermandades políticas, de las amistades selladas por las circunstancias transitorias o los intereses del momento… tal es el caso del conflicto UAS-GOBIERNO que realmente inició como UAS-CONGRESO, la mecha que prendió la bomba fue la Ley de Educación Superior promulgada el 28 de febrero en el Diario Oficial, el Gobierno le dio su respaldo al Congreso y ahí se fecundó el problema que mantiene a Sinaloa como centro de la noticia nacional por su riesgo de ingobernabilidad.
Hay muchos tiros cantados, la pregunta es ¿Quién gana o quién pierde?