Por David Uriarte /
Una cosa es la causa y otra los factores de riesgo. Como en las enfermedades, para el infarto cardíaco, cerebral, intestinal, o muscular, lo que se requiere es la obstrucción de las arterias que llevan el riego sanguíneo con el oxígeno y los nutrientes a cada una de las células del cuerpo, una cosa es la causa, que en este caso es la obstrucción del riego sanguíneo, y otra distinta son los factores de riesgo.
La causa de la muerte de tantas personas en la crisis por violencia en Sinaloa o en cualquier otro estado de la república, son las heridas producidas por proyectil de arma de fuego, principalmente. Es decir, existen otras tantas causas, pero cuando se habla de víctimas de homicidios dolosos, la lista la encabezan las armas de fuego y sus balas.
Los factores de riesgo van desde estar en el lugar equivocado a la hora equivocada, hasta las conductas temerarias de quienes siguen pensando que “el que nada debe nada teme”, pasando por conductas imprudentes como conducir vehículos con los vidrios totalmente polarizados, vehículos ostentosos, asumir roles propios de los delincuentes, conducción agresiva e irrespetuosa, actitud violenta o prepotente, en fin… Una serie de condiciones que si bien es cierto no son la causa, si representan un gran riesgo de ser víctimas de la delincuencia, al ser confundidos con grupos rivales, o resistirse al despojo de los bienes, pensando que la suerte será el escudo protector contra los disparos de armas de fuego de grueso calibre.
Otros factores de riesgo incluyen vivir junto a una persona o familia que directa o indirectamente está relacionado con los grupos delictivos, las amistades de los hijos con jóvenes que a su vez dependen de familias marcadas por el tráfico de drogas o los negocios ilícitos. Las amistades con personas violentas y agresivas que contaminan y comprometen las relaciones sociales; la relación que va más allá de un servicio profesional, convirtiéndose de alguna manera en una complicidad que tarde o temprano cobrará una factura difícil de pagar.
Los factores de riesgo se pueden prevenir con una conducta sana, responsable y prudente, las causas son otra cosa, sobre todo cuando la persona está en el blanco del tirador que va a jalar el gatillo.