Por David Uriarte /
A veces, dos personas no se ponen de acuerdo, el caso más evidente son las parejas que incluso llegan a la separación simplemente por no ponerse de acuerdo o no tolerar el desacuerdo.
Las guerras, pugnas, divisiones, separaciones, conflictos territoriales, viejas rencillas o diferencias entre países y sus líderes, son precisamente por el desacuerdo.
Construir acuerdos puede ser imposible para aquellos fundamentalistas, dogmáticos, o irreductibles en sus paradigmas o ideologías.
Con frecuencia, algunos lectores de mis opiniones, me retroalimentan con una frase común, -no estoy de acuerdo-, eso me gusta, me estimula, me motiva a buscar los puntos de encuentro y contrastar los puntos de diferencia.
Por supuesto que el lector tiene todo el derecho a disentir, y el que escribe, la obligación de bordar sus escritos lejos del juicio, justo en la raya de la verdad si la conoce, si la desconoce, tendrá que explicar, sustentar o apoyar sus dichos, creencias, afirmaciones, u opiniones, con datos duros si los tiene; aunque también tiene derecho a observar el mundo y sus circunstancias con el cristal que enfoque objetividad hasta donde sea posible.
Casi todos los temas son controvertidos, aún los temas científicos cuya evidencia no deja lugar a dudas, siempre habrá quien diga que no está de acuerdo, si eso pasa en la ciencia y las matemáticas, imaginemos los temas de política, religión, y moral, donde el “deber ser” juega un papel importante, donde la cultura orienta y califica la conducta humana como buena o mala.
La cultura, las carencias, la familia, la bondad, la maldad, la libertad financiera, la pobreza, la religión, la educación formal e informal, la espiritualidad, las frustraciones, los rencores, las marcas emocionales escondidas en el silencio, la memoria inquisidora del deber ser, y la ignorancia consciente e inconsciente, construyen la personalidad tolerante o intolerante, respetuosa o irrespetuosa, prudente o imprudente, temeraria o tranquila… En fin, estar en desacuerdo es parte de la pluralidad de pensamiento, mostrar agresividad o violencia, es otra cosa.
Los temas políticos o religiosos le imprimen pasión a la vivencia, así como los soldados en la guerra luchan y matan a sus semejantes por cosas que incluso desconocen, así los fanáticos de la ideología pueden extinguirse entre ellos.
Con todo respeto, se puede no estar de acuerdo.
¡Claro!