Por David Uriarte /
La pandemia no se dobla o resuelve buscando culpables, lo que hay que buscar son soluciones. Todos los días surgen toneladas de culpas de aquí para allá y de allá para acá, el gobierno culpa a la sociedad y la sociedad culpa al gobierno.
La madurez de una sociedad se mide por sus acciones igual que la madurez del gobierno, hay procesos que por su naturaleza tienen un desempeño o un desarrollo fuera del control humano como las pandemias.
Los virus son organismos que no tienen palabra de honor, mucho menos tratamiento. Es el organismo el que puede enfrentarlo y superarlo, a veces el precio de enfrentarlo es la muerte o las secuelas y a veces ni cuenta se da la persona del contacto que tuvo con el virus pandémico.
El personal sanitario no se da abasto, los espacios, medicamentos, exámenes de laboratorio y gabinete son insuficientes como insuficiente es la capacidad económica de los pacientes en la mayoría de los casos.
La realidad no se puede ocultar, menos cuando se trata de leyes naturales, el virus estará en contacto con todos los mexicanos tarde o temprano, es el sistema inmune el que tiene la última palabra y en el mejor de los casos la vacuna. Mientras tanto las medidas sanitarias y el sistema inmune de cada persona tienen la palabra.
Si la sociedad asume su responsabilidad, y el gobierno también, las cosas tomarían otro rumbo, la sociedad cuidándose y el sistema de salud tratando como se debe a los enfermos de coronavirus.
Es la ignorancia la peor enfermedad y la simulación el peor negocio cuando de políticas públicas se habla, la naturaleza está poniendo a prueba a la humanidad, el resumen del aprendizaje social hasta hoy es el siguiente: el 25% de los mexicanos han estado en contacto con el coronavirus, de estos, sólo el 20% se han enfermado y de los enfermos han muerto cerca de 120 mil.
Es innegable que faltan alrededor de 100 mil mexicanos por infectarse, una regla de tres pronostica que las muertes podrían llegar al medio millón si las cosas siguen el mismo rumbo.
La esperanza se llama vacuna, sistema de salud eficaz y eficiente, y sistema inmunológico fuerte. Ahora sí, cada quien lo suyo.