Es necesario ir formando el hábito de la prevención, señala especialista


Es primordial que los bebés y niños tengan consultas odontológicas desde los primeros meses de vida, ya que la salud oral es fundamental para la salud general, por lo que se recomienda que las primeras visitas al odontopediatra sean en los primeros meses de vida, destacó Seyla Sarmiento Hernández.

“Lo indicado es que visiten al dentista, su primera visita sea antes del año, antes incluso de que salga el primer dientito, y esto con la finalidad de educar a los padres sobre el cuidado que se deben de tener para prevenir enfermedades como la caries, para prevenir enfermedades de maloclusiones, darles orientación sobre la alimentación de sus hijos y la limpieza también”, manifestó.

La especialista en Odontopediatría de la Facultad de Odontología de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), señaló que para que el niño se sienta cómodo es elemental que en las consultas se explique claramente a los padres en qué consiste el trabajo que se le hará al pequeño, se enseñen técnicas de limpieza y la forma de ejecutarlas y así los resultados sean los mejores.

“Primero platicamos con los papás, hacemos una historia clínica para saber cuáles son los hábitos que ellos tienen en casa, tanto de higiene como de alimentación, y en cuando encontramos algún punto de alerta para nosotros damos orientación para que se cambien esos hábitos nocivos por hábitos de cuidado para los niños y para la familia en general. Después de hacer esta historia clínica vamos y revisamos la boca de los niños y entonces les mostramos a ellos los cuidados que deben de tener en casa”, detalló.

La académica universitaria indicó que en la Facultad de Odontología de la UAS se cuenta con área especializada para la atención de los pequeños del hogar, por lo que invita a los padres en general a que aprovechen estos servicios, los cuales son de alta calidad y los precios de consulta solo son de recuperación de materiales.

Hizo hincapié que las consultas de prevención siempre son mucho más amigables para los pequeños, por lo que después se les va haciendo un hábito y se van dando cuenta que el dentista no es malo, sino que es su amigo y es quien le ayudará a cuidar su boca.