Por David Uriarte /

El Órgano Interno de Control se encargará de la inspección, control y fiscalización de los recursos financieros y partidas federales de las diversas unidades administrativas de la Fiscalía General.

Siendo responsable de la investigación de las faltas administrativas de conformidad con la Ley General de Responsabilidades Administrativas, Ley de Responsabilidades Administrativas del Estado y demás normatividad aplicable, así lo establece el artículo 108 del Reglamento de la Ley de la Fiscalía en Sinaloa.

El próximo titular del Órgano Interno de Control será un abogado con maestría y experiencia en asuntos relacionados con auditoría y fiscalización.

Alguien que por lo menos haya sido agente del ministerio público, haya recorrido distintas responsabilidades operativas y administrativas en la procuración de justicia, alguien que conozca los vericuetos del desempeño y de los procesos jurídico-administrativo.

Que arrastre entre sus haberes, experiencias en áreas jurídicas institucionales locales, estatales y federales, es decir, que conozca de cerca y pueda concatenar lo académico con lo operativo, de tal manera que ofrezca una verdadera garantía técnica a la Fiscalía.

Las Comisiones de Puntos Constitucionales y Gobernación, y de Fiscalización, llamarán a comparecer a los idóneos o elegibles, después de la formulación de los dictámenes; es probable que los diputados voten la terna y de ahí saldrá el que rinda protesta ante el Pleno del Congreso como nuevo titular del Órgano de Control Interno de la Fiscalía General del Estado de Sinaloa.

Los currículos de los aspirantes ya están revisados por las comisiones respectivas y sus asesores jurídicos, el aseo del proceso permite asegurar que la comparecencia será el termómetro para medir la temperatura del conocimiento, habilidades y destrezas de los candidatos.

Sin embargo, todo apunta a la experiencia en áreas de auditoria y fiscalización a efecto de capitalizar y compaginar experiencia, tenacidad, pero, sobre todo: verticalidad con el compromiso de la trasparencia.

Es posible que la terna, o los finalistas, tengan además de un currículo robusto, un padrino que le entienda al asunto de la cabildeada.