Por David Uriarte /
La agenda trilateral Canadá-Estados Unidos y México, países hermanados geográficamente donde la economía fluye por sus fronteras terrestres y aéreas, debe dar resultados de beneficio común, sin embargo, no todos los temas estarán sobre la mesa de la discusión, a pesar de que México enfrenta tres problemas que lo tienen sumamente herido grave como se dice en el argot médico: la inseguridad, la pobreza, y la enfermedad.
Los tres temas encabezan la lista de los quizás diez o veinte, cuya evidencia implica atención inmediata en México. Después de los acontecimientos de hace tres días donde dos elementos de la Marina desaparecieron en el estado de Jalisco horas después de la detención de la pareja sentimental del líder del Cartel Jalisco Nueva Generación, la tensión por la posible respuesta del cartel mantiene a la sociedad nerviosa y en vigilia permanente.
Por algo, todos los días a las seis de la mañana se reúne el gabinete de seguridad en Palacio Nacional, esa reunión es un indicador evidente de la magnitud de la realidad que a veces desconoce la sociedad; mientras el discurso de la mañanera se pierde en “mitotes” de Quién es quién en las mentiras o Quién es quién en los precios, o se convierte en un concurso de alabanzas para el titular del Ejecutivo, o intercambio de saludos de las comunidades con las autoridades incompetentes en su desempeño… Incluso en el escenario para sacar los rencores del pasado, mientras esto sucede, los ríos de inseguridad terminan en el océano de la muerte.
Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), los estados con mayor incremento de violencia son Jalisco, Sonora, Guanajuato, Baja California, Michoacán, Estado de México y Ciudad de México, poco a poco la onda expansiva de la violencia y la inseguridad, está pintando o incluyendo más estados. A esta velocidad, así como la pandemia mantuvo en rojo prácticamente a todo el país, así la violencia pintará de rojo el territorio geográfico y el territorio emocional de los mexicanos.
Preferible que las vacaciones diplomáticas del Presidente tengan resultados pobres, a que la fiesta de la inseguridad continúe.