Por David Uriarte /
El presidente José López Portillo hizo general a su gran amigo sonorense Arturo Durazo Moreno, el “Negro Durazo”, con todo y la normatividad, la Secretaría de la Defensa Nacional y sus Generales, tuvieron que aguantar semejante afrenta.
A casi 50 años de distancia del gobierno priista de López Portillo, el poder presidencial en México sigue siendo contundente, casi todo se puede, la autonomía es un concepto, una definición, una figura gramatical respetada en el diccionario, después de eso, las normas y las leyes quedan bajo la tutela del poder totalitario del Presidente, siempre habrá una forma, una manera de brincar, esquivar, o evadir las restricciones cuando de la voluntad política del presidente se trata.
Las decisiones presidenciales obedecen a planes determinados por él o su partido, planes desconocidos para la mayor parte de los mexicanos, intuidos por los integrantes cercanos del movimiento político de él, y desmenuzados desde las hipótesis de los politólogos, la oposición, y los analistas.
En el caso concreto de la renuncia de Arturo Fernando Zaldívar Lelo de la Larrea, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación hasta que su renuncia sea aceptada por el Presidente y turnada al Senado de la República para su aprobación, la causa grave que invoca la ley será materia de discusión por los senadores de oposición quienes serán rebasados en número por los senadores de MORENA, y así se consumará el deseo presidencial.
Los analistas ya le consiguieron trabajo a don Arturo Fernando Zaldívar, lo ubican como consejero jurídico del presidente, preparándolo para la Fiscalía General de la República cuando la ley lo permita y en teoría, la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo arme su gabinete, por trabajo y probabilidades de cargos, el maestro Zaldívar no tiene por qué preocuparse, todo indica que es ‘multitask’.
Lo único cierto es lo incierto de su destino, las intenciones del presidente pueden verse lastimadas, la imagen y prestigio del ministro pueden opacarse, y los planes de Sheinbaum pueden sufrir modificaciones.
De cualquier manera, la mano del presidente se ve con más fuerza, con más presencia, con más frecuencia, con claras intenciones de asegurar la continuidad de su proyecto a como dé lugar. Aplíquese la ley, pero en los bueyes de mi compadre, el poder presidencial es más fuerte que Otis.