El Museo Frida Kahlo, también conocido como la Casa Azul, es el lugar donde la artista nació y murió. La casa, ubicada en Londres 247, en Coyoacán, se convirtió en museo en 1958, cuatro años después de su muerte. Aquí es donde se conserva el mundo íntimo de la famosa pintora latinoamericana.

Entramos a la casa, lo primero que se ve es un pequeño jardín justo en el centro de la primera construcción. Ahí, en una de las paredes se lee:

“Frida y Diego vivieron en esta casa, 1929-1954”.

En el primer pasillo se encuentra el trabajo artístico de la pintora. Quizá el más célebre de los óleos expuestos es el dedicado a su padre, que se trata también de uno de los primeros retratos que realizara Frida. En los cuartos contiguos, además de sus trabajos pictóricos terminados, existe una gran colección de bocetos realizados a carbón y cuadros inconclusos, así como una muestra de su paleta de colores. Cabe destacar que los recuadros de las obras, además de hablar del título y la técnica, incluyen segmentos biográficos de la pintora, e incluso citas personales, dando así testimonio de lo que pasaba por su vida al realizarlos.

Cada objeto, cada mueble tiene una gran energía, te sientes parte de ese mundo, de ese tiempo, de esos amores e historias que llenaron la vida de Frida de pasión. Es inevitable sentir la nostalgia cada rincón te hace querer ser parte de esa historia llena de surrealismo.

Frida vive en sus obras, pero su corazón puede sentirse en la casa azul.

Frida Kahlo es una de las pintoras más famosas de México. Solo vivió 47 años, pero creó más de 200 importantes obras de arte, muchas de ellas autorretratos. Su estilo fue descrito por muchos expertos como arte folclórico o surrealismo y suele incluir colores intensos, patrones primitivos y elementos del feminismo. Aunque no fue una artista valorada durante su vida, se hizo famosa en las últimas décadas. Juzga su obra tú mismo mientras visitas este popular museo.

Recorre la casa para ver el comedor, la cocina, el estudio, las recámaras y los jardines de la familia Kahlo. Las exhibiciones temporales suelen incluir ropa, fotografías y otros recuerdos familiares de la artista.